Lo que iba a ser una divertida tarde de cine en familia acabó en un disgusto y una hoja de reclamaciones. Fue la experiencia que vivió una madre con sus dos hijas el pasado sábado, 7 de diciembre, en los cines Yelmo del Centro Comercial Área Sur de Jerez.
Según consta en la hoja de reclamaciones presentada por esta vecina de Jerez, a la que ha tenido acceso lavozdelsur.es, su hija pequeña, Aitana, de tan solo cuatro años de edad, “llevaba un paquete de palomitas (tipo gusanitos) y otro de patatas porque es celíaca y el cine no ofrece ninguna alternativa sin gluten”. Cuando la familia se disponía a entrar en el recinto, el personal del cine le informa de que no puede acceder con comida del exterior, a lo que la madre explica los motivos por los que su hija no puede consumir los productos que se venden en estas instalaciones. Finalmente, la madre vuelve al coche, según explica en su queja, para dejar las palomitas y las patatas y vuelve con sus hijas para intentar disfrutar de la película, la cual llevaba 15 minutos empezada, según se recoge en su reclamación.
Después de este desagradable episodio, Alberto Rodríguez, tío de la pequeña, lamenta, en declaraciones a lavozdelsur.es, que “no es la primera vez que les ocurre ya que, en una ocasión anterior tampoco les dejaron entrar con comida de fuera. En ese caso, como era la primera vez, lo dejaron pasar, pero ahora se imaginaban que la empresa ya habría puesto a la venta, en las propias instalaciones del cine, algunos productos sin gluten para personas que presenten algún tipo de alergia o intolerancia, especialmente pensando en los niños”. Señala, además, que la madre preguntó al personal que vende las palomitas en el cine si éstas llevan gluten o no, a lo que los empleados respondieron que "no le pudieron garantiza que las palomitas de allí no estuvieran contaminadas por otros productos con gluten".
“Allí solo venden lo que a ellos les interesa y, a esta familia, que llevaba los productos especiales sin gluten para la niña pequeña, no les facilitaron otra solución” denuncia Alberto quien, además, tiene experiencia en negocios de restauración, por lo que conoce las normativas sobre los productos con alérgenos.
“Una cosa es que te obliguen a comprar lo que hay allí, y otra cosa es que no haya productos para ella, porque si no hay nada, no es normal que la chiquilla tenga que estar viendo la película sin poder comer como el resto de sus amigos” lamenta el tío de Aitana.
Alberto considera que “ya que te obligan a comprar la comida de allí, por lo menos que pongan un expositor con productos para personas que tengan algún tipo de alergia o intolerancia, entonces admitiríamos comprar la comida allí porque, al fin y al cabo, son sus normas, pero si no ofreces este tipo de productos, no puedes obligar a nadie a comer algo que no puede. En este caso creo que la empresa debería hacer excepciones, y si hay que llevar un certificado médico pues se lleva y punto, no hay problema” insiste.
Tras presentar la hoja de reclamaciones, la familia espera que se obligue a la empresa a atender la demanda de estas personas y coloque expositores con productos especiales sin alérgenos.
Otro caso similar en Algeciras
Se da la circunstancia de que este no ha sido el único caso denunciado en una misma semana en la provincia de Cádiz. Precisamente, en otras salas de cine pertenecientes a la misma empresa, Yelmo, pero en este caso en la localidad de Algeciras, sucedió algo parecido el pasado día 2 de diciembre. En esta ocasión se trataba de una niña diabética de 11 años que llevaba su propia merienda baja en azúcar.
Rocío Daniel, madre de esta menor, publicó en redes sociales la situación que vivió cuando el personal del cine impidió a su hija llevar su merienda, que había sido pesada y calculada para la insulina que se había puesto 10 minutos antes. Así relata, textualmente, Rocío Daniel en su Facebook lo ocurrido:
"Ahora que ya ha pasado todo y la rabia ha dado paso a la decepcion y a la impotencia quiero compartir con vosotros lo que nos pasó el pasado lunes 2 de diciembre, y que a poder ser compartáis para que cosas de estas no vuelvan a pasar. Tengo una niña de 11 años, sin duda lo mejor de mi vida, ella lo es todo para mí. Es una niña prudente, tímida, risueña y sobre todo con muchas metas y muchos sueños por cumplir. Hace 9 meses ingreso en el hospital de la línea con glucemia de 860 y cetoacidosis diabética lo que poco después nos confirmaron que tenía diabetes tipo 1 autoinmune y era insulino-dependiente . Aquello marcó un antes y un después en mi vida, en ese momento se me acabó el dormir una noche completa, se me acabó el dejarla ir a comer a casa de una amiga, o ir a una fiesta pijama sin estar yo en la habitación de al lado. He tenido que aprender a ponerle sus pinchacitos antes de las comidas, y a verla hacerlo ella misma con 10 años, a pesar todo lo que come, y a saber remontarla cuando entra en hipoglucemia sin que ella me note mi pena ni mi preocupación. Y hemos tenido que compaginar nuestras visitas a la playa o al zoo con las visitas a los médicos que continuamente la controlan y revisan. Pues el día 2 fue su cumple y quiso ir al cine a ver una peli, por lo que ante los buenos comentarios de amigos y conocidos fuimos al que está en el centro comercial de Algeciras, a Yelmo Cines. Al entrar miré en la cafetería de esta empresa para ver qué es lo que vendían y que a mi hija no le afectará demasiado a sus niveles de glucosa, pero como es de imaginar solo tenían refrescos, palomitas (que no le gustan) nachos, un sin fin de productos de chocolate y chucherías. Al comprobarlo, comenté a todo el personal la situación de salud de mi hija, y les dije que ella llevaba su merienda pesada y calculada a la insulina que se había puesto 10 minutos antes de la hora prevista de entrar en el cine. Mi sorpresa es que me dicen que no dejan entrar a la niña con comida de fuera, después de explicarle su situación de salud y enseñarles el neceser que mi niña lleva siempre consigo con todo lo necesario para controlar su enfermedad. Ni aún así nadie mostraba un poco de empatía con nosotros por todo esto además de que era su cumpleaños. Me llegó a decir una empleada que si la niña entraba al cine la iba a vigilar a ver si comía algo de fuera y que de ser así le quitaría la comida, lo que implica una situación peligrosa que incluso puede poner en riesgo la salud y la vida de mi hija.
Vinieron más personal, gerentes, seguridad pero nadie estaba dispuesto a dejar entrar a mi pequeña en el cine con su merienda. Ante la injusticia que estaba ocurriendo allí y viendo a mi hija sentada en una silla viendo como la discriminaban no dejándola entrar si no comia de los productos que ellos vendían que tan dañinos son para ella, pedí la hoja de reclamaciones, que rellene y que la única respuesta que me dieron por escrito es que me devolvían el dinero de las entradas. Soy perfectamente consciente de que hay unas normas, pero también deberían estipular excepciones para personas con un motivo de peso como es el caso de mi hija, porque ya tenemos bastante y ya es lo suficientemente difícil el día a día como para que encima personas que no tienen ni idea den prioridad a un puñado de euros gastados en su bar, aunque ello implique fastidiar a una niña el día de su cumpleaños teniendo que volver a casa con la frustración y la impotencia de ver sentada en una silla como no la dejaban entrar al cine por llevar una merienda sana en su mochila. Creen que a ella no le gustaría hartarse de dulces, chuches y coca cola como los demás niños viendo la peli? Indignación, impotencia y una profunda tristeza, y todo ello me da las ganas suficientes para llevar esto a donde lo tenga que llevar con tal de que se sepa lo que le hicieron a mi hija e intentar que las cosas cambien. Ayudarme a compartir y difundir esta historia tan desagradable. Mil gracias".
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