"El jueves pasado nos ocurrió una cosa muy extraña, he investigado y creo que va en contra de la normativa higiénico sanitaria que tenemos en Andalucía". Una pareja acudió a uno de los restaurantes de la cadena de comida rápida Taco Bell en Sevilla, en concreto al del centro comercial Nervión Plaza, y acabó indignada.
¿El motivo? El marido avisó de su intolerancia a la lactosa, pero le dijeron que "no podían atenderle porque no podían garantizar que no hubiese contaminación cruzada".
Se fue, pero a su mujer le resultó "raro", por lo que directamente decidió escribir al correo de atención al cliente de la cadena. Ésta le respondió: "Efectivamente, por razones de seguridad alimentaria nuestros restaurantes tienen indicaciones de no atender a clientes con alergias, ya que no podemos garantizar que no exista contaminación cruzada de alimentos en nuestras cocinas".
"Sentimos mucho su mala experiencia, pero actuamos así por la seguridad de nuestros clientes", zanjan desde la compañía de tacos y comida tex-mex.
Según las estadísticas, cada año en el mundo alrededor de 600 millones de personas sufren algún tipo de enfermedad o malestar debido a la contaminación cruzada. ¿Qué es? "Un proceso que se da cuando las bacterias de un alimento contaminan otro. Los gérmenes que están en el ingrediente en cuestión se transfieren a otro que inicialmente estaba limpio", señalan desde idgastronomic.com.