Aunque es conocido el ingenio de los narcos para enviar droga de un lado a otro, no deja de sorprender la última ocurrencia que han tenido en Huelva, donde utilizaban un tanatorio como oficina para gestionar el tráfico de hachís desde Andalucía a Galicia.
En el tanatorio de la capital onubense, el responsable de negociar la compra de estupefacientes mantenía reuniones y encuentros con los encargados de suministrar el hachís.
La droga era transportada a través de Portugal en vehículos acondicionados a modo de caletas.
Cinco integrantes de la organización, tal y como recoge la sentencia del juzgado de lo Penal 1 de Vigo adelantada por ABC, han sido condenados a ocho años de prisión por tráfico de drogas y ocho meses por pertenencia a grupo criminal. También tendrán que pagar una multa por valor de 1.250.000 euros.