Las seis trabajadoras de ayuda a domicilio de Marinaleda que están en huelga han trasladado este miércoles su protesta hasta el Parlamento de Andalucía. Durante la que es su sexta jornada de paros, cuando se celebra en el hemiciclo el Debate Sobre el Estado de la Comunidad, quieren que se conozca su situación. Las empleadas denuncian el incumplimiento del Ayuntamiento de Marinaleda del acuerdo alcanzado en el Sistema Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales de Andalucía (Sercla) el pasado 19 de agosto, cuando ambas partes se comprometieron a negociar unos turnos y horarios respetuosos con la conciliación laboral y familiar, y el Consistorio debía reconocer las antigüedades como personal laboral antes del 15 de septiembre.
En lugar de ejecutar estos acuerdos, las trabajadores han pasado de turnos de 35 horas semanales a 37,5 horas, “y se dio comienzo a la caza y captura de las trabajadoras rebeldes mediante expedientes disciplinarios”, señalan desde el sindicato CGT, que añade que "se convierte en utopía cobrar el salario mínimo interprofesional”. “La dignidad de las compañeras está por encima de los mensajes de odio y de los discursos de quienes ni siquiera se han interesado por conocer la realidad o conociéndola desde hace años, la han obviado y despreciado”, reseñan desde el sindicato.
Hace unos días, el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), al que pertenece el alcalde, Juan Manuel Sánchez Gordillo, y que apoya al gobierno local, se concentró para mostrar su adhesión al “proyecto de Marinaleda”, contando con la presencia de “más de 50 Alcaldías de izquierdas, parlamentarios, concejales, de multitud de pueblos y ciudades, representantes de decenas de miles de personas”, relata el sindicato.
“Ahí hemos estado el SAT, con los nuestros, con la clase trabajadora, con los que siempre han luchado por su defensa, donde hay que estar, con Juan Manuel Sánchez Gordillo. Hoy a la prensa del sistema no le ha interesado estar. Qué casualidad. Algunos buscaban circos, pero aquí lo que hay es dignidad y mucha vergüenza”, apunta el SAT en sus redes sociales a finales de septiembre, donde afirma que “frente al fascismo del sistema y sus cómplices, que quieren derribar con el bulo, la manipulación y la mentira, un referente de lucha y conquista social a nivel mundial. ¡No, no pasarán!”.
Las relaciones entre el SAT y CGT, a raíz del conflicto laboral desatado en torno al servicio de ayuda a domicilio, se han roto. El Sindicato Andaluz de Trabajadores, en un comunicado emitido a finales de septiembre, mostraba su “apoyo inquebrantable e incondicional a nuestro compañero Juan Manuel Sánchez Gordillo y al Ayuntamiento de Marinaleda”, y criticaba “las prácticas deleznables de los responsables de CGT, que han puesto en marcha una campaña basada en mentiras y falsedades”, con el objetivo de “publicitarse”. “Hacemos un llamamiento a la militancia de base de la CGT, para que detenga este circo mediático y para que su organización no siga sirviendo como marioneta y ariete de la derecha fascista y de sus medios de desinformación”, agregaba.
El SAT, además, pedía al pueblo de Marinaleda que “no permita que desde fuera venga ningún lumbreras a dar lecciones de lucha y de defensa de los derechos de los trabajadores”. CGT contestó: “Si defender los derechos e intereses de la clase trabajadora en cualquiera de los pueblos de nuestro ámbito son practicas deleznables para el SAT, viene a decir mucho sobre la dirección de ese sindicato al cuestionar reclamaciones obreras y defender prioritariamente intereses políticos”.
“CGT ni ha puesto en marcha ninguna campaña contra Marinaleda, ni miente ni falsea la realidad, y el SAT lo sabe, puesto que mantuvimos una reunión en la que sus dirigentes se ofrecieron a mediar con el Ayuntamiento de Marinaleda para solucionar las justas reclamaciones de las trabajadoras”, agrega el sindicato rojo y negro. “Las trabajadoras solo reclaman lo que el Ayuntamiento se comprometió y firmó ante el Sercla el pasado 19 de agosto, al suscribir un acuerdo que no solo se ha negado a cumplir sino que está siendo usado como castigo contra las compañeras de CGT”, añade.
En una carta abierta dirigida al SAT, la CGT critica que "se emborrona todo el debate minimizando lo que dicen —las trabajadoras—, incluso infantilizándolas, no atendiendo a sus argumentos, se les saca del foco, se genera una trifulca dialéctica patriarcal para desviar lo realmente relevante: su lucha y sus reivindicaciones". "No estamos por contribuir a ningún circo, ni a ninguna pelea de gallos. Nosotras, las personas de CGT, lo tenemos claro, estamos con las que luchan, sin fronteras, sin censuras y sin jerarquías. No hay pueblos de un sindicato o un partido. Por suerte los pueblos y sus personas, son más que sus instituciones y que sus representantes", remata.