Jaque al piso turístico en Andalucía: limitación de los 'cuchitriles', ofensivas municipales y poderes de los vecinos

Desde agosto, pierden la licencia aquellas viviendas que no cumplan con unos mínimos, al incrementarse las restricciones de elementos que no son fácilmente subsanables. En febrero entra en vigor la segunda parte de la nueva norma, que obliga por ejemplo al aire acondicionado

Candados de un piso turístico en Sevilla, recientemente.
Candados de un piso turístico en Sevilla, recientemente. MAURI BUHIGAS

Una reciente sentencia del Tribunal Supremo ha habilitado a las comunidades de vecinos a que prohíban la actividad de los pisos turísticos de su bloque si así lo decide la junta de propietarios. Así, el Alto Tribunal da la razón a las comunidades que trataban de impedir la proliferación. Y todo, porque la Ley de Propiedad Horizontal estaba siendo interpretada hasta ahora de forma menos restrictiva: donde hablaba de 'limitación', no quedaba claro si se facultaba legalmente a prohibir. Ahora, queda claro que así es y las comunidades podrán movilizarse para votar por mayoría.

Pero no es la única mala noticia que reciben los dueños de pisos turísticos. Sevilla, esta semana, votaba por una limitación en los barrios donde hay más afectación, en el casco histórico y Triana. Y no en todos, porque el Museo, por ejemplo, no es zona altamente tensionada según el límite marcado por el Ayuntamiento, que ha aprobado la medida en pleno tras un acuerdo de PP y Vox.

Y es que se marca un amplio 10% de viviendas turísticas respecto al total dentro de ese barrio, sin contar además plazas hoteleras o apartamentos turísticos (que no entran en la categoría de pisos turísticos). Los vecinos protestaron a las puertas del Ayuntamiento ante una medida poco ambiciosa, según señalaban. Lo cierto es que Sevilla, más de medio año después, hace uso de la habilitación de la Junta, que con un decreto a principios de 2024 faculta a los municipios a restringir las nuevas viviendas de uso turístico.

Todo ello llega poco antes de la que podría ser la mayor limitación, de facto, de viviendas turísticas en Andalucía. Y es la nueva legislación de la Junta, que de un plumazo hará que devengan ilegales muchos pisos que no cumplan ciertos mínimos.

En febrero se puso en marcha una nueva normativa estructurada en dos formas. Primero, se daba hasta el 22 de agosto para que los propietarios comunicaran los periodos de funcionamiento o verificar la superficie mínima. Por ejemplo, que por cada plaza ofertada -número de huéspedes máximo-, al menos debe haber 14 metros cuadrados. En la práctica, los pisos de menos de 25 metros cuadrados -los hay-, decaerían. Miniapartamentos, por llamarles de alguna forma, que saldrán del mercado de alquiler. Hay casos de pseudohoteles o apartahoteles que se podían alquilar a través de plataformas contando con cocina y baño integradas en un dormitorio. Eso se irá cortando. Pero hay más restricciones relacionadas con el propio plano de la vivienda, como el número de baños según el número de huéspedes. Y no menos importante en esta primera ronda que entraba en vigor el 22 de agosto que implicaba, por ejemplo, dotar de transparencia a la actividad de los intermediarios, las empresas que se dedican en la práctica a gestionar y limpiar el piso o entregar las llaves. Ahora hay que comunicarlo a la Junta y hacer constar como titular de la explotación. 

Por su parte, en febrero de 2025 las viviendas deberán estar mejor habilitadas para poder estar inscritas, para garantizar un mínimo de calidad en la estancia. Por ejemplo, las cocinas deberán tener al menos dos fuegos, extintor, detector de humo, separación de residuos, tendedero, batidora, tostadora, exprimidor, cafetera, además de utensilios para cocinar, tabla de planchar, tendedero, punto de luz próximo a la cama... Asimismo, incluso habrá que contar con cama de 190 de largo, punto de luz cercano a la cama, colchones de cierta calidad (al menos 18 centímetros)... Y para los que operen la vivienda en verano, aire acondicionado; si lo hacen solo en invierno, calefacción.

Esto supondrá, en la práctica, que al menos las viviendas turísticas más cutres deban repasarse y recibir cierta inversión para su acondicionamiento. Si no se realiza, los propietarios se exponen a multa. Y aquellas que sean demasiado pequeñas, los estudios de menos de 25 metros cuadrados, quedan fuera.

Sobre el autor:

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Pablo Fdez. Quintanilla

Subdirector de lavozdelsur.es. Graduado en Derecho por la Universidad de Cádiz, licenciado en Periodismo y Máster en Comunicación Institucional y Política por la Universidad de Sevilla. Comencé mi trayectoria en cabeceras de Grupo Joly, con varios años de experiencia también en empresas de marketing.

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