Una jerezana denuncia el abandono del Hospital de Jaén: toallas mojadas y botellas congeladas para paliar el calor

No hay aire acondicionado en el centro hospitalario donde se encuentra ingresada su madre. "Estas situaciones denigran la dignidad de los pacientes y les hace sufrir aún más", señala

Ventiladores de casa para paliar el calor ante la falta de aire acondicionado en el Hospital de Jaén.
Ventiladores de casa para paliar el calor ante la falta de aire acondicionado en el Hospital de Jaén.

 Macarena Martínez Robles es una jerezana que lleva desde el 3 de agosto cuidando de su madre enferma en el Hospital Universitario de Jaén, un centro que, como se está repitiendo en muchos hospitales andaluces, se encuentra sin aire acondicionado en muchas zonas. 

Para paliar el calor, Macarena se ha tenido que llevar ventiladores desde su casa. Su progenitora, de 81 años, inmunodeprimida y con varias insuficiencias, se pasa todo el día con toallas mojadas en las piernas y con botellas congeladas en las manos o en el cuello para tratar de paliar el calor reinante. 

La indignación ha llevado a esta jerezana a denunciar públicamente por lo que está pasando. "Este tipo de situaciones denigran la dignidad de los pacientes y les hace sufrir aún más de lo que ya su delicada situación implica", comenta. 

Su madre ingresó el pasado día 3 de agosto en una habitación en la que el aire acondicionado funcionaba poco, pero había un pingüino (acondicionador portátil) supletorio que les hizo poder sobrellevar la estancia en unas condiciones más o menos dignas. El día 9, su madre recibió el alta, pero dos días después tuvo que volver a ingresar por una recaída. En esta ocasión, la habitación no tiene aire acondicionado. 

Macarena pidió este sábado hablar con el supervisor y desde el puesto de enfermería del referido hospital le comentaron el domingo que lo habían hecho ellos y que este lunes habría una respuesta. "Hoy nos han dicho que la respuesta a poner algo supletorio era negativa. He ido a poner una reclamación y me han dicho que lo hablase antes porque solía ser más rápido. He estado en atención a la ciudadanía y me han dicho que tenía que hablar con el supervisor porque ellos no le podían dar solución. Evidentemente, en todo ese proceso, mi madre ha estado sola porque solo puede haber un acompañante por paciente". 

Al final, el jefe de mantenimiento ha llegado y ha explicado que "las instalaciones son antiguas y que, año tras año, pasan situaciones de este tipo. He insistido en que si lo saben deberían tenerlo previsto". 

Tras las reclamaciones realizadas, Macarena ha conseguido al menos que le pongan un acondicionador portátil. "Parece que hay que ponerse un poco farruca para conseguir algo cuando ya son conocedores de la situación. Cuento esto para intentar evitar que situaciones de este tipo continúen produciéndose y pidiendo a las personas responsables que hagan algo en relación con este tema", señala. 

Sobre el autor:

R. G.

Periodista con más de veinte años de experiencia en los medios de comunicación (prensa escrita, digital, radio y televisión). Autor de nueve libros, entre los que se encuentra Nosotras. Historias del olvidado deporte femenino, obra pionera en España. Premio Racimo por la Igualdad por la defensa del deporte femenino, Premio Apoyo al Deporte en la III Gala del Deporte de Jerez, mención especial en el V Premio de Periodismo Positivo de Ávila y Premio Almería para Todos por la lucha contra el acoso escolar en los medios de comunicación. Recuperando la ilusión por el periodismo en lavozdelsur.es.

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