"No me hubiera gustado estar en una rueda de prensa defendiéndome de una acusación". Así empezaba su alocución Juan Cala ante los medios para hablar del supuesto insulto racista recibido por Mouctar Diakhaby, jugador del Valencia, que señaló al futbolista del Cádiz como autor de las palabras "negro de mierda", generando una fuerte polémica en el mundo del fútbol.
Todo empezó en un lance del juego, tras un córner, en que ambos jugadores cayeron al suelo. "Recibo un codazo", mientras reclama falta y el valencianista le dice que se levante. En otro posterior, Cala vuelve a caer y reclama. "Volviendo atrás", dice cuando va camino de su portería para volver a ocupar su posición de defensa central, "el jugador me increpa. Yo me vuelvo, le digo 'déjame en paz' y sigo para adelante".
En ese momento, "el jugador se desentiende de la jugada, se vuelve hacia mí, diciendo que le he dicho 'negro de mierda'. Cuando está cerca de mí, le intento tranquilizar, lo hago hasta en dos ocasiones. Le pongo mi mano en su cara diciéndole que yo no le he dicho eso". Luego, Diakhaby empuja y Cala repite las mismas palabras para calmarlo.
Posteriormente, se forma "una tangana" cuando llegan compañeros a separar. "En ese momento pienso que viene a provocar una segunda tarjeta que ya tenía", para propiciar la expulsión. Ahí entendió que "pudo ser más sencillo", ha dicho insinuando que podría ser una invención de compañeros de equipo del Valencia. "Me quedo fuera de la trifulca". Así, el Valencia se marcharía del césped durante 20 minutos y Diakhaby no volvería a salir al campo para jugar, sino que fue sustituido. "Yo me quedo con cara de asombro. Nunca he dicho negro de mierda, nunca, nunca, y eso está bastante claro".
Asimismo, en paralelo a la rueda de prensa, Diakhaby ha asegurado en sus redes sociales que un jugador del Cádiz ofreció al Valencia que Cala se disculpara si el equipo volvía al campo. "Es falso", ha dicho visiblemente molesto. Y si se demuestra, asegura, "con nombres y apellidos, dejo el fútbol". "Es un linchamiento, un círculo mediático".
Cala ha dicho que la declaración institucional del Valencia, con su presidente a la cabeza, es "bochornoso". "Voy a denunciarle", señalaba, pues el asunto está en manos de sus abogados, sin descartar otras acciones.
"Se hubiese denunciado los dos solos con el árbitro. Aquí hay dos víctimas. Somos dos profesionales, porque él habría explicado lo que había interpretado y yo lo que realmente he dicho", indicaba Cala. Todo lo demás "es un circo", y solo quiere "que se investigue", recordando que había cámaras, un estadio vacío y sigue sin haber pruebas. "Estamos creando un precedente muy importante".
"No sé si se lo ha inventado, si lo ha interpretado mal cuando me giro hacia atrás. Lo que está claro es que yo lo intento calmar". A partir de ahí, "ya no sé lo que ocurre". "Hay 25 cámaras y micrófonos en un campo de fútbol, no sé. Hay árbitros y siete u ocho jugadores alrededor. Y nadie se entera, nadie dice que lo ha oído. Al menos, déjame dudarlo".
Sobre las imágenes que se veían cuando el Valencia se marchaba, confiesa que se sintió "en estado de shock". Nadie del Valencia, "nadie, me dice nada, al menos preguntadme". No esperaba que el Valencia tomara esa decisión de salir del campo. Se ha defendido con que "llevo 12 años de profesional. He competido con chinos, ingleses, sudamericanos, africanos, he estado con Benjamín (Zarandona) y Frederic Kanouté hace dos años en Guinea de ayuda humanitaria. Se me está acusando de algo que no soy". De hablar cara a cara con el futbolista, "le explicaría todo lo que soy y he hecho como persona, con una plataforma prosaharaui. Recibí llamadas de todos los saharauis que saben que he estado a su lado, y eso sí que es para mí un apoyo", ha dicho sobre la actividad de su ONG. "Apoyo la lucha contra el racismo, lo reitero".
Además, ha indicado que "no tengo ningún tipo de problema de sentarme en una habitación" para hablarlo. "Pero me han juzgado antes de terminar el partido. Se han arrimado a ganar protagonismo, a ganar votos". Entre los jugadores "no hay racismo en el fútbol español, por Dios, que hay cinco o seis jugadores de color en cada equipo, están superintegrados", ha dicho en referencia a la convivencia de vestuario hacia dentro. Ha sido muy duro exigiendo "presunción de inocencia. No hay. Esto es el Oeste", ha llegado a decir.
Por otra parte, ha dado detalles personales, como que la noche del domingo al lunes "no pude dormir", que quería hablar desde el mismo domingo tras el partido y que le recomendaron no hacerlo. "Quería entrar en todas las radios a explicar". "He salido cuando el Cádiz ha creído oportuno, porque no tienen que ir a los tiempos que otros digan". De hecho, "he recibido todo tipo de amenazas por redes sociales. Pero entiendo que es parte del circo".
Y se ha sentido arropado. "He recibido 500 o 600 mensajes" de apoyo de excompañeros y otras personalidades del fútbol. "Tengo que agradecer el apoyo" en tiempos complicados para su familia, con especial hincapié en el apoyo de sus compañeros, club y entrenador.
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