A Julián Fernández (La Línea de la Concepción, 2002) le apasiona “todo lo que vuela” desde muy pequeño. “El espacio, los aviones…”, enumera al otro lado del teléfono. A sus 17 años gestiona una empresa, Fossa Systems, que se dedica al desarrollo y lanzamiento de picosatélites —satélites que pesan menos de un kilo— para “democratizar el espacio” y conseguir el acceso a las telecomunicaciones a toda la población, incluida la de difícil acceso, sobre todo en entornos rurales.
Julián Fernández envió al espacio, en diciembre del 2019, un mini satélite FossaSat-1 diseñado por su empresa, para conseguir que la señal de internet llegue a los lugares más recónditos del planeta. “Aportamos el acceso al espacio a un bajo coste”, cuenta, cuando atiende a lavozdelsur.es. “Hemos ido creciendo, ahora somos seis personas y vamos a más”, añade sobre su compañía, Fossa Systems, nacida cuando aún cursaba la ESO.
“El sueño de todo el mundo es ir al espacio, pero la realidad es que es increíblemente difícil hacer cualquier cosa que tenga que ver con el espacio”, relata Fernández. “Cuando detecté este problema entendí que había que solucionarlo creando una alternativa para facilitar el acceso al espacio”, dice. Además, siendo menor se han encontrado un “hándicap enorme”, con trabas legales y burocráticas acentuadas por su edad. “Al ser menor se complica todo. Un proceso que tarda un mes puede llegar a un año”, cuenta. “Aunque ha sido positivo en la repercusión mediática que ha tenido, pero hay quien confía menos por la edad. Si hay ganas y pasión por algo, sale adelante”.
Fernández aún está estudiando segundo de Bachillerato en Madrid, donde reside desde hace tres años. Hasta allí se mudó por las "necesidades de inversiones, empresariales y tecnológicas” de su empresa, que creó con apenas 15 años, cuando cursaba la ESO. Ahora quiere convertir su ciudad natal, La Línea, en un centro de excelencia tecnológica para la manufactura de satélites.
La alianza forjada entre Fossa Systems, la compañía de Fernández, y Wisekey, una empresa fundada por el también linense Carlos Moreira, residente en Suiza, persigue el desarrollo de una “constelación de picosatélites para dar un servicio robusto y seguro de telecomunicaciones del internet de las cosas”, explica Moreira durante la rueda de prensa celebrada de forma telemática con su nuevo socio y con miembros del gobierno local de La Línea.
Wisekey, empresa de ciberseguridad, y Fossa Systems, encargada del desarrollo de picosatélites, pretenden lanzar al espacio “cientos de satélites” en los próximos años, para así desarrollar una “constelación”. “A corto plazo tenemos previsto el montaje de un centro de control y estación terrestre en La Línea para estos satélites”, aporta Julián Fernández, aunque no se atreve a dar una fecha.
“Si no fuera por el nexo común de La Línea quizás no nos hubiéramos conocido”, le dice Fernández a Moreira, que ha invertido en la compañía del joven linense, en una primera ronda de financiación. Carlos Moreira, nacido en la ciudad del Campo de Gibraltar, de donde salió en su adolescencia, recuerda que tuvo que irse porque “entonces no tenía capacidad tecnológica para lanzar lo que yo quería”. Por eso se ve reflejado en Julián. “Los dos hemos tenido que salir para hacer negocios”, dice
La tecnología diseñada por Julián permite lanzar un satélite al espacio por menos de 200.000 euros, frente a los 20 millones que costaba hace cinco años, según cuantifica Moreira, que alaba la infraestructura lowcost impulsada por el joven linense. Moreira asegura que “en los próximos diez años va a haber 3.000 millones de objetos que se van a conectar”, desde el hogar, al coche, pasando por las alarmas… “Va a haber más conexión y más necesidad de seguridad”, y ahí es donde entra en juego su empresa. “Esta tecnología siempre ha estado en manos de los americanos y los chinos. Mi vocación ha sido crear una plataforma europea”, agrega.
El objetivo de ambos es concentrar la inversión en La Línea mediante el desarrollo de un plan de viabilidad en varias etapas, contando con una planificación estratégica a nivel municipal, un trabajo previo de desarrollo, denominación del proyecto para poder internacionalizarlo y la creación de redes de conexión con otras grandes empresas, que permitieran crear una fábrica de microsatélites. Carlos Moreira pone el ejemplo de Málaga Valley, un proyecto en el que participó desde sus inicios, y cuyo desarrollo se prolongó durante diez años hasta posibilitar la creación del Parque Tecnológico, algo que puede pasar también en su ciudad natal.
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