Como un regalo de Reyes anticipado. Pero en este caso no son solo tres los magos, sino muchos vecinos, y no vienen de Oriente, sino de Oñate, un municipio de unos 11.000 habitantes de la provincia vasca de Guipúzcoa. Allí, gracias a la solidaridad de sus vecinos, la ONG Hotz Oñati ha logrado acumular unos 300 kilos de ropa que han donado a jóvenes inmigrantes —conocidos como Mena, menores extranjeros no acompañados—, que pululan por Jerez y que han recibido con mucha alegría este regalo. Unas 20 cajas de cartón llegaron en un camión de una empresa de transportes que las dejó cerca de un centro comercial y que, los voluntarios de la Red de Apoyo a Inmigrantes de Jerez, tuvieron que trasladar hasta el edificio de los sindicatos de la céntrica plaza del Arenal, donde tiene su sede.
Jerséis, camisetas, pantalones de chándal y, sobre todo, zapatos, forman parte del cargamento que esperaban con ganas los jóvenes inmigrantes. Los que se encontraban en ese momento por las inmediaciones del Arenal lograron hacerse con alguna de estas prendas, que se probaron allí mismo. Uno de ellos es Mamadou, de 16 años, un joven de Mali que decidió salir de su país porque allí “no tenía futuro”. Una vez llegó a Marruecos, estuvo durante varias semanas escondido en un bosque, esperando el momento idóneo para cruzar la frontera. “Me levantaba todos los días a las cuatro de la mañana porque la policía no quería que estuviéramos en el bosque”, cuenta. Durante el día buscaba la forma de poder comer algo y de dormir algunas horas en otros lugares.
Los jóvenes inmigrantes, seleccionando la ropa que se van a llevar. FOTO: MANU GARCÍA
Mamadou cruzó el Estrecho, junto a otras 50 personas, en una pequeña barca de madera. El ‘billete’ le costó unos 2.500 euros y relata que, a mitad de camino, estuvieron a punto de hundirse porque la embarcación tenía un agujero. Una vez cruzaron los límites marroquíes, llamaron la atención, ondeando sus prendas, de un helicóptero de Salvamento Marítimo que pasó cerca de ellos. Así pudo salvar su vida. En Jerez, de momento tiene techo, ya que es uno de los Mena alojados en el Hotel Ávila, reconvertido en un centro de acogida temporal de menores. Pero su objetivo es llegar a Francia, donde espera reunirse con familiares que residen allí.
El cargamento llegado desde Oñate también ayudará a otros jóvenes que, como Mamadou, están alojados en el antiguo hotel, y que tan solo cuentan con una muda de ropa, como vienen denunciando desde la Red de Apoyo a Inmigrantes de Jerez, que se encarga de repartir las prendas entre los Mena. Desde este colectivo denuncian que los jóvenes no están bien atendidos y que, en ocasiones, han visto a alguno paseando en calzonas, en pleno invierno, mientras lavan la única muda que les aportan. Pero gracias a la solidaridad de ONG como Hotz Oñati y de iniciativas desarrolladas en centros escolares como el CEIP Pío XII y el IES Santa Isabel de Hungría de Jerez, o el IES Alventus de Trebujena, logran hacerse con más fondo de armario para estos jóvenes.
La Red de Apoyo a Inmigrantes de Jerez, que forman unas 20 personas, también se encarga de impartir clases de español a los Mena, para intentar que se integren en una sociedad que les es ajena y que, en ocasiones, les da la espalda. “Si llega un español no se le va a negar la ayuda, pero siempre va a tener más recursos porque, por ejemplo, estos chicos no pueden pedir ayuda a una ONG, ya que no tienen documentación”, explican desde la Red, que cubre como puede las carencias que presenta la Administración, que abandona a su suerte a estos jóvenes cuando cumplen la mayoría de edad.