María Josefa Neto Cárave y su sobrino Antonio García Neto llevan durante todo el confinamiento arrancando risas a los miles de seguidores que acumula el canal de YouTube Mi tía Pepa y yo, uno de los fenómenos virales desde el inicio de la cuarentena. Pero hace unos días que Antonio, o Tito como lo llama ella, anunció que dejaban de publicar porque hay comentarios que les "hacen daño".
"Hay comentarios de personas que me hieren y por eso tomo la decisión de parar esto. Para nosotros ha sido una experiencia muy bonita habéis llenado nuestra alma de felicidad y habéis llenado nuestra alma de optimismo", cuenta Tito en el último vídeo publicado hasta la fecha.
"Hay algunas almas negras que hacen daño", relata Antonio, quien afirma que la intención de los vídeos no era otra que "contribuir a que fuésemos todos más felices". "Ni sé gestionar redes sociales ni quiero esta popularidad", añade Antonio, que calificaba la experiencia de "muy positiva".
Pero la marcha la Tía Pepa ha provocado multitud de comentarios de sus seguidores —el canal tiene más de 150.000 suscriptores— y hasta una recogida de firmas en change.org para pedir la vuelta de los vídeos de Josefa Neto que, cuando se escriben estas líneas, cuenta con más de 10.000 apoyos.
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