La madre de las pequeñas Anna y Olivia, asesinadas en abril por su padre en Tenerife, ha participado en un acto público. Beatriz Zimmerman decide dar la cara para agradecer a la tripulación del buque oceanográfico Ángeles Alvariño que dieran con el paradero del cuerpo de Olivia. Nunca había aparecido públicamente hasta este emotivo momento en el que se han entregado los premios Taburiente del Diario de Avisos.
La mujer, con valentía, habla tras el sufrimiento estremecedor que ha tenido que soportar un día en el que se cumplen seis meses del asesinato de sus pequeñas. Beatriz se ha subido al escenario, emocionada, para entregar uno de los galardones a la tripulación del buque que puso todos sus esfuerzos durante semanas en encontrar a las niñas. Esas personas que evitaron el calvario de vivir sin saber si Anna y Olivia seguían con vida. Un caso de violencia vicaria que causó estupor y mantuvo en vilo a todo el mundo.
"Es la primera vez en la historia que se encuentra un cuerpecito a esas profundidades. Ha sido un acto heroico donde, por muy duro que sea, es la verdad. La verdad es lo único que nos hace libres y avanzar. No tengo palabras, solo admiración por ellos", expresó la madre en alusión a la tripulación que había trabajado en el rescate.
"Gracias por la compasión y amor que todos han demostrado a mis niñas. Me he dado cuenta de que la mayoría de las personas son buenas, ayudan y tienen un gran corazón. Muchas gracias a la tripulación del buque, que me han salvado la vida, de estar buscando día y noche desesperadamente a mis niñas por el resto de mi vida para nunca encontrarlas", dijo.
María Gómez Ballesteros, geóloga marina del Instituto Español de Oceanografía, fue la encargada de recibir el galardón que dedicó "a todas las víctimas de la violencia vicaria, en especial a Beatriz y las pequeñas Anna y Olivia".