Antonio David Barroso Díaz, el niño de 15 años de Morón de la Frontera (Sevilla), sigue en paradero desconocido después de que hace casi tres meses su madre dijera que había muerto (o que lo había matado y tirado a un contenedor de basura en Madrid). La Policía Nacional está cada vez más convencida de que el menor no está vivo y de que va a ser muy complicado encontrar su cuerpo. Los principales esfuerzos se centran en la búsqueda de sus restos en los dos principales vertederos de Madrid, Valdemingómez y Pinto.
Macarena, que fue puesta en libertad, aunque sigue investigada por un delito de desaparición de menores y hace una vida completamente normal en su pueblo. Tras pasar, en calidad de detenida, por los sanatorios mentales de Segovia y Valme (Sevilla), fue dada de alta hospitalaria tras el informe que redactaron sus psiquiatras.
Pasó un mes en un semicontinuo brote psicótico, debido al trastorno bipolar y la esquizofrenia que sufre, y cada mañana acude al gimnasio Fitness Center del polígono El Caballo, en Morón, y desayuna y come con su familia, también con Míriam, la hermana mayor de David, de 19 años. Según fuentes de ABC, a los agentes les ha dicho que el viaje tenía como fin realizar con su hijo el Camino de Santiago "para sanarlo" y también habla, ahora que está muerto, de "resurrección". También comenta que "la Policía no lo va a encontrar, porque ha pasado ya mucho tiempo».
La madre, sobre todo en los últimos meses, había manifestado una obsesión por la religión que incluso había levantado ciertos recelos en los dos párrocos del municipio a los que frecuenta.
Antonio Barroso, expareja de Macarena desde 2007 y padre de Antonio David y Míriam, se encuentra desesperado y envió una carta el pasado 23 de noviembre a ABC que decía "me aferro a que todavía sigues entre nosotros en algún sitio, no se donde, pero si no fuese así estoy seguro de que tendrás un hueco en el mejor sitio entre todos los ángeles del cielo"