Una familia muy avispada ha vivido durante 20 años de la pensión de una familiar fallecida. La madre y su hijo se han llevado desde el 18 de noviembre de 1995 cobrando 794,93 euros hasta finales de noviembre de 2015, momento en el que Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) se percató de que la mujer había fallecido.
Según la acusación, pese a que la familia sabía que la familiar había muerto, no lo comunicaron al INSS ni al Banco Santander, entidad donde percibía la pensión, por lo que continuó recibiendo esta cuantía de la que se aprovecharon ambos.
La Fiscalía Provincial de Madrid solicita 18 meses de prisión para ellos y les reclama en concepto de responsabilidad civil 37.250,72 euros, puesto que los acusados ya han reintegrado 111.544 euros a la Seguridad Social.
Los acusados dispusieron de la cuantía de la citada pensión "que se ingresaba mensualmente en una cuenta del Banco de Santander de la que eran cotitulares los tres". Con este dinero realizaron compras con la tarjeta bancaria de la fallecida, sacaron dinero en efectivo e incluso abonaron embargos por deudas públicas de su marido.