Una mujer de Málaga, de 70 años y residente en Marbella, ha logrado que un juez acuerde la exhumación de sus posibles abuelos como paso previo para poder heredar un patrimonio millonario, según ha informado el bufete Osuna Abogados.
Se ha decretado la prohibición de incineración y manipulación de los restos óseos de los presuntos abuelos mientras no se practique la exhumación y recogida efectiva de muestras biológicas de ellos, ya que el posible padre multimillonario -de Menorca y que vivió también en Barcelona- no se puede exhumar porque fue incinerado.
Los presuntos tíos de la reclamante se niegan a hacerse la prueba de ADN y la demanda se formuló contra dos sobrinos del millonario que viven en Sevilla, a los que se pretende despojar de la herencia al considerarse ella heredera forzosa tras morir su posible padre biológico, que no tenía otros hijos y era soltero, precisa el despacho.
El caso se tramita en los juzgados de Menorca y el patrimonio se reparte entre esta isla, Barcelona y Sevilla. El inventario de la herencia se compone de palacios, tierras rústicas, viviendas, joyas, obras de arte, empresas y dinero en metálico en bancos, indican los letrados.
La madre de la demandante, una profesora de Lengua, estableció su residencia en Barcelona y ella vivió la gran mayoría de su infancia en el extranjero. La prueba más importante es la del ADN entre la reclamante y la familia biológica.
La madre inició de joven con el millonario una relación de noviazgo y, a pesar de sus diferencias de edad y la distancia entre Barcelona y Menorca en la década de los años 40, la relación perduró, relatan los abogados.
Ante el embarazo de ella, que apenas tenía la mayoría de edad, el millonario no reaccionó bien, según señalan. El poco contacto que mantenían era por correo postal y la relación terminó por romperse. Hubo mediación de una persona para que el millonario aceptara la paternidad, empezó a pagar cantidades de dinero y se hizo cargo del colegio de la menor.
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