Con 40 años recién cumplidos, en el mejor momento de su carrera profesional, Marian Gil Hita (Cádiz, 1977) se palpó un bulto en el pecho. Las pruebas confirmaron los peores temores: le diagnosticaron cáncer de mama. Apenas un mes más tarde pasó por quirófano para que le extirparan el tumor, y poco después comenzó el tratamiento, una quimioterapia de la que todavía, seis años después, tiene secuelas.
Marian Gil llevaba catorce años trabajando como comercial en una empresa de la zona, tenía contrato fijo, un buen sueldo y un horizonte laboral esperanzador. Todo se truncó el día que en el cáncer de mama entró en su vida. Mucho tiempo antes, en 1992, ya lo vivió muy de cerca, ya que lo padeció su madre, a quien se le reprodujo después de que a Marian se lo detectaran. Y a una tía suya también, dos meses después. "Debe ser genético, pero no hay forma de demostrarlo", aporta.
Todos te dicen que sobrevivir a un cáncer es una gran noticia, y es cierto, pero nadie te habla de la situación de indefensión en que te dejan las administraciones a nivel laboral. Yo diría que esto también es violencia institucional @empleogob @inclusiongob
— Marian Gil Hita (@GilHita) September 26, 2023
Abro hilo 🧵⬇️
Ahora, Marian Gil se encuentra en una difícil situación. No puede trabajar, pero tampoco tiene derecho a una pensión por incapacidad porque no le conceden la total, de momento tiene una parcial. Y en pocas semanas se le agota la prestación por desempleo. A sus 46 años, divorciada y con dos hijos de 16 y 11 años a su cargo, se ve sin ingresos a corto plazo. Y no sabe qué más hacer.
El Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), tras operarse y comenzar el tratamiento, concede a Marian Gil una incapacidad parcial. "La que se da a quien tiene un accidente laboral", comenta. Cuando llamó al INSS para comunicarlo, le dijeron que debía tratarse de un error. Pero a día de hoy eso no ha cambiado. Recientemente, ha solicitado una revisión, pero aún no tiene respuesta.
Marian Gil llegó a incorporarse a su puesto de trabajo. Poco después, se sometió a un reconocimiento médico que la calificó como "no apta" para el empleo. Básicamente, no podía realizar las tareas que tenía encomendadas antes de padecer el cáncer de mama. Y la despidieron. De eso hace cuatro años, pero sigue con la incapacidad parcial. "Lo único que me queda es luchar en el INSS. Me despidieron tras superar el cáncer de mama y ahora no puedo trabajar ni cobrar pensión. Eso es una (incapacidad) total como un templo", sostiene.
Desde entonces, intenta ganarse la vida como puede. Estuvo durante un tiempo vendiendo seguros, pero tuvo que dejarlo por las exigencias físicas del puesto. También trabajó como administrativa en el grupo municipal de Adelante en Cádiz. Ahora está haciendo un curso de instaladora de fibra óptica a través de la asociación para la mediación social Equa, que ayuda a personas con discapacidad a formarse para poder encontrar un empleo. "Las secuelas de la quimio son brutales. Ahora me enfrento a un mercado laboral con 46 años y una discapacidad por cáncer. ¿Qué empresario me va a contratar?", se pregunta.
Marian Gil llegó a denunciar al INSS para reclamarle la incapacidad total que entiende que le corresponde por su situación. El juicio tardó dos años en celebrarse y lo perdió. La coincidencia quiso que conociera la sentencia cuando su madre empezó los cuidados paliativos, después de que se le agravara el cáncer que se le reprodujo tres décadas después, en 2017, poco después que a su hija.
Por esa época, Marian se divorcia de su marido. "Lo llevó muy mal durante el tratamiento, no lo supo gestionar, hasta que le dije que la relación no tenía solución". Se quedó sola, con sus hijos, tirando de ahorros y llegando a recurrir a asuntos sociales. "Cuando te dicen que tienes cáncer, lo primero que piensas es en que no se te caiga el pelo, pero ojalá solamente fueran esas las secuelas, son brutales", dice Marian, a quien le ha cambiado la vida, más allá de las secuelas físicas.
Con una vida laboral que roza los 27 años, Marian Gil se queja de que ha aportado "mucho" a la Seguridad Social, y ahora se siente desamparada. "El Estado debería darme amparo", sostiene. Por eso decidió contarlo, como desahogo, en la red social X (antes, Twitter). "Todos te dicen que sobrevivir a un cáncer es una gran noticia, y es cierto, pero nadie te habla de la situación de indefensión en que te dejan las administraciones a nivel laboral. Yo diría que esto también es violencia institucional", escribe.
"Ahora tengo el cuerpo dolorido y el alma también y un papel que dice que no puedo trabajar, pero sí pasar hambre. Tengo casi 30 años cotizados, he trabajado toda mi vida, el único motivo por el que estoy en paro es por una enfermedad que no esperaba y un Estado que no me deja más opción que empobrecerme", se queja Marian, que pide al INSS que revise su caso, en redes sociales, y también formalmente.
"Quiero volver al mercado laboral", proclama Marian Gil, aunque su estado físico no sea el mismo que antes del diagnóstico. El 4 de noviembre se le termina la prestación por desempleo. Ya ha pedido cita con asuntos sociales para informarse sobre las ayudas a las que tiene derecho. "Nunca he estado así, he trabajado toda mi vida, no tengo ni idea de lo que hay que hacer", asegura.
Más de 34.700 nuevos cánceres de mama en 2022
El 19 de octubre se conmemora el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, un día elegido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la década de los 90 para concienciar sobre la importancia de la prevención.
Durante 2022, en España se diagnosticaron 34.740 nuevos cánceres de mama, según cifras del Observatorio del Cáncer de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Este tipo de cáncer casi el 30% de los que se diagnostican en mujeres. Ese ejercicio murieron por este tipo de cáncer 28 personas por cada 100.000 habitantes y se prevé que la cifra aumente a 32 en 2040.
Eso sí, el cáncer de mama tuvo una supervivencia neta del 86% en los casos diagnosticados entre 2008 y 2013. Cada año, en España hay 14.000 mujeres trabajadoras que superan un cáncer de mama. Para estudiar y facilitar su reincorporación al mercado laboral, el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), organismo científico-técnico del Ministerio de Trabajo y Economía Social, ha elaborado el estudio técnico Retorno al trabajo tras diagnóstico de cáncer de mama. Factores facilitadores y barreras.
En Andalucía, según datos que aporta la Junta, entre enero y octubre de 2023 han sido cribadas 387.906 mujeres, un 34,22% más que las mamografías realizadas durante todo 2018, detectando 881 cánceres gracias a estas pruebas.
Comentarios (1)