Más de 300 personas han despedido este mediodía a la familia de la niña de once años fallecida a última hora de la tarde de este pasado miércoles en una piscina de este municipio de la costa de Granada. Lo han hecho guardando las medidas de seguridad estipuladas para evitar brotes de coronavirus.
En este sentido, la Policía Local ha colaborado en las tareas de prevención y seguridad del entorno y acceso a la iglesia de la Encarnación, donde han podido acceder, cumpliendo la limitación de aforo, casi 200 personas, mientras que otro centenar se tuvo que quedar en atrio y entorno a la iglesia, a donde se fueron concentrando desde casi una hora antes de la celebración del mismo, según ha informado el Ayuntamiento en una nota.
Al finalizar el funeral, el padre de la pequeña daba las gracias a los asistentes antes de acompañar, junto al resto de la familia, en una comitiva con dos coches repletos de coronas y ramos de flores, los restos de su hija hasta el cementerio municipal, donde ha recibido sepultura ante un número limitado de personas.
La alcaldesa de Almuñécar, Trinidad Herrera, ha agradecido y destacado "el comportamiento" de vecinos que han asistido al funeral en el templo parroquial, y se ha sumado a las muestras de pésame y solidaridad con la familia y los amigos.
Al cuerpo de la niña se le practicaba este jueves la autopsia para dilucidar la causa del fallecimiento, que apunta a un ahogamiento por causas naturales, después de que, al parecer, sus familiares y los amigos en cuya casa estaban, vieran que se sumergía y no volvía a salir a la superficie, han indicado a Europa Press fuentes cercanas al caso.
Los hechos se produjeron sobre las 20:30 horas, tras lo que el servicio Emergencias 112 Andalucía recibió un aviso de socorro para una menor que "había caído al agua en una piscina particular". Según el alertante, la niña había sido rescatada del agua y le estaban practicando técnicas de reanimación, precisó el centro coordinador dependiente de la Junta.
Rápidamente, desde el centro coordinador se alertó a la Guardia Civil, la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (EPES) y Policía Local, que, no obstante, no pudieron más que confirmar el fallecimiento. Se activaba así el protocolo judicial, abriéndose una investigación para conocer la razón última de la muerte, en la que, según las fuentes consultadas, se descarta la participación de terceras personas.