Los vecinos de La Asunción de Jerez se echan a temblar cada vez que el tiempo amenaza con lluvia. Llevan meses sufriendo las consecuencias de una rehabilitación a la que no le ven las mejoras con respecto a cómo estaban antes de esas obras. Para ellos no hace falta que llegue una DANA porque cualquier día de viento o de agua les recuerda que cualquier tiempo pasado fue mejor.
Luisa es una vecina que vive en la calle del Mayor Dolor cada vez que llueve se le filtra agua en el salón. "Mi casa hace esquina y me filtra por donde donde tengo el televisor y me da miedo porque tengo enchufes. Antes tenía el ladrillo y no me filtraba y ahora que lo han arreglado me filtra", resume.
Se queja Luisa de que le han dejado "descuadrada una ventana" y recuerda que su casa la arregló en su momento "con muchas fatigas, todavía la estoy pagando y me piden 4,500 euros por el arreglo de bloque. No hay derecho a lo que nos están haciendo porque nadie nos da una solución".
Josefa, otra vecina de La Asunción, no ha podido dormir por la tormenta. Cada media hora tenía que recoger el agua que le entra por el techo del baño. "Cada vez que llueve me entra agua. Esta noche ha sido horrorosa, recogiendo agua con la fregona a cada rato y no tengo edad para eso porque, además, estoy enferma".
"Aquí jamás nos ha entrado agua, pero dejaron el bloque pelado y se pusieron a arreglar los techos cuando la cubierta era nueva. Han conseguido con la rehabilitación que me entre agua y así es imposible descansar en días de tormentas como estos. Yo por el día no puedo dormir, no puedo dar una cabezada. Me acuesto a las 11, pero anoche era imposible coger el sueño pensando en que se me iba a anegar el salón", explica Josefa.
"Cada vez que llueve sale perjudicada La Asunción, desde las obras está mucho peor", reconoce Rafael Calvente, vecino de la zona. Un ejemplo de cómo están las cosas en la barriada se encuentra en la azotea de uno de sus bloques: "En los arreglos han puesto en la cubierta una lona que va soldada a base de calor. Cuando hace viento fuerte se mete por debajo y la levanta. En otro temporal de levante pasó eso y a una vecina se le ocurrió poner garrafas llenas de piedras". Ese es rudimentario modo de controlar el viento.
Rafael vive en los bloques de los patios, "de los más perjudicados porque son de los que van más retrasados", explica. Las obras no han terminado en ningún bloque, pero hay algunos especialmente perjudicados porque llevan "más de siete meses paradas". "Ni la Junta ni el Ayuntamiento saben qué hacer porque el último plazo para ejecutar las obras es el 31 de diciembre y no tiene pinta de que se vaya a terminar".
Emuvijesa ya ha pospuesto dos reuniones, explica Rafael, que afirma que el lunes está programada una nueva reunión. "La Junta ya dio dio moratoria hasta el 30 de junio y después otra hasta diciembre". Dos meses para que acabe el plazo y la obra no se termina, como tampoco el sinvivir de los vecinos.
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