Manolo padece un parkinsonismo provocado por una medicación que no lo sentó bien. “Se lo estaba cargando la neuróloga”, dice su mujer, Pepi Caballero, de una forma más contundente. “Mi marido no tenía vida, no tenía ilusión”, cuenta, hasta que se puso en contacto con la Asociación de Parkinson y Alzheimer de Trebujena. que le “dio vida”. Ahora no para de hacer actividades y de participar en talleres que forman parte del tratamiento terapéutico y rehabilitador, en unas instalaciones, las de este colectivo, que ya siente como su casa. “Hace colgantes de móviles, fundas para sombrillas...”, enumera Pepi, que ahora se ha sumado a una buena causa: fabricar mascarillas para recaudar fondos para la asociación.
Un grupo de mujeres y hombres de Trebujena, en paralelo a la organización, lleva siete años representando obras teatrales que les sirven para recaudar fondos e impulsar un buen número de talleres a lo largo del año y continuar con su labor terapéutica. El coronavirus trastocó sus planes y a Ángeles Villagrán, a la que todos conocen como Angelita, se le ocurrió una acción alternativa: vender mascarillas y destinar el importe íntegro a la asociación. “Yo no tengo ni idea de costura, corto la tela, coso a máquina y la paso a las costureras”, cuenta. Así realizan un trabajo en cadena que involucra a ocho mujeres de la localidad y que, en apenas 15 días, ha fabricado más de un centenar de mascarillas.
Las hay de colores lisos, con calaveras mexicanas, de pescaditos de colores para los más pequeños… tienen tantos diseños como tipos de tela compran o, normalmente, les ceden otros vecinos y vecinas del pueblo. “No damos abasto”, cuenta Ángeles, quien asegura que “Trebujena coopera mucho con este tipo de iniciativas, aunque no les haga falta, la gente se lleva alguna”. Las mascarillas las venden en la tienda Autentica’s, aunque no descartan hacerlo vía online. “Nos han pedido desde Madrid”, aseguran.
“Empezamos con 60 euros, que invertimos en tela y a partir de ahí fuimos generando ingresos y comprando más, recibiendo telas usadas…”, relata Ángeles Villagrán, que tuvo a un familiar con una de las enfermedades a las que se dedica la asociación. “Estoy sensibilizada”, expresa. Y muy involucrada en el día a día de un colectivo que no para de inventar. “Estábamos en el batallón de costureras de Trebujena, hicimos mascarillas, gorros, monos… y los mandamos a toda España”, dice Juani Castillo, otra de las voluntarias que está cosiendo para beneficio de la asociación. Juani lamenta que organizaciones como ésta “no reciban ayuda de las Administraciones como otras”.
Manolo, el marido de Pepi, es una de las personas que se benefician de las numerosas actividades que organiza la Asociación de Parkinson y Alzheimer de Trebujena. El confinamiento evitó que celebrara eventos con los que financiar la atención que presta a sus usuarios. “Esta crisis ha sido horrorosa para muchas personas que padecen Alzheimer o Parkinson, en cuanto a deterioro cognitivo, ánimos… han avanzado mucho las enfermedades en algunos usuarios”, cuenta Pepa Fernández, terapeuta y directora de la asociación. “El nuevo curso tendremos unas cuantas bajas”, vaticina.
“Teníamos pendiente actividades benéficas en el Trebufestival, una cata organizada junto a la cooperativa Albariza, una carrera, la obra de teatro, las cuotas que hemos suspendido… todo se ha paralizado”, relata Fernández, quien cuenta que la asociación ha seguido realizando un seguimiento a sus usuarios durante el confinamiento. “Hay personas que no van a volver porque han avanzado en la enfermedad, ha sido catastrófico”, insiste. Pero la asociación no para. De momento, seguirán fabricando mascarillas “hasta que podamos hacer la siguiente actividad”, dice Ángeles.