"Bastión Frontal se disuelve". Con este mensaje a través de WhatsApp, el mayor grupo neonazi de España ha pasado a formar parte de la historia.
Su trayectoria apenas ha durado dos años. Nació en la Comunidad de Madrid en 2020, en plena pandemia, y han tenido que poner el punto y final por la fuga de militantes y la escasez de dinero.
Bastión Frontal, liderado por Isabel Peralta y Rodrigo Miguélez, no tenía ni tan siquiera para mantener el local que tenía la plataforma de ultraderecha en la capital de España. Hasta sin redes sociales se había quedado, al ser cerradas por la apología nazi que practicaban.
Considerada por la Policía Nacional como "una organización de carácter político, no registrada y de ideología radical", este grupo también se ha visto superado por las numerosas luchas internas. En una de ellas, un militante acabó con la mandíbula rota.
Aunque han dejado abierta la puerta a volver con otro nombre, de momento, Bastión Frontal ya es un capítulo extinto.