La gracia natural de Mercedes Valimaña (El Puerto, 1936) se divisa a lo lejos. La portuense que formó parte del mítico trío La La La en aquel Festival de Eurovisión de 1968, en el Royal Albert Hall de Londres, desprende arte en cada palabra que sale de su boca. La ahora profesora de canto y de piano amante de la playa de La Puntilla de El Puerto, y “un poquito chuflona”, se ha pasado toda su vida cantando en los escenarios con los músicos más afamados de la canción española de los 70 y 80.
Conocida como la Macaria —luego ella misma explicará por qué—, la voz del primer coro que pisó las tablas de Eurovisión junto a Massiel, “no había ido nunca uno”, ha llegado a doblar a numerosos personajes animados de películas de Disney muy populares como La Dama y el Vagabundo (1987) o La Cenicienta, hasta llegar a cantar junto al mismísimo Phil Collins el tema En mi corazón estarás de Tarzán (1999).
En una tarde en la que sopla un viento de levante “disparatado”, Mercedes repasa sus hazañas vitales sentada en un bar de la plaza de la Herrería. La artista que ha cantado en “bodas, bautizos y banquetes sin cobrar un duro, a la niña la llamaban para ir a una fiesta para que cantara Granada y la niña cantaba como si le echaran una moneda”, derrocha espontaneidad. Muy querida por los portuenses, “que grande has sido Merche, hija, que sencilla y que voz tan preciosa”, le dice una vecina al pasar, Mercedes se adentra en sus recuerdos.
Cuando iba al programa Gente Joven de TVE en la década de los setenta, “lo poníamos en la televisión los domingos y mi hijo, que era muy pequeñito, me decía: Mamá y ¿mamá? Como diciendo, esto que es, está aquí en la pantalla, y aquí también, el chiquillo se volvía loco”. Ahora, el Ayuntamiento de su tierra natal ha propuesto concederle la medalla de oro de la ciudad, “para devolverles, aunque sea simbólicamente, el sentimiento de orgullo y de agradecimiento que sentimos los portuenses al contar con ella".
¿Era usted una niña cantora?
Era una niña que por lo que yo veo ahora, después de tantos años, digo yo que sería una artista. A mi madre le encantaba el piano y dijo que la primera hija iba a aprender a tocarlo, y yo fui la primera. Con 7 u 8 años mi madre me llevó a Bellas Artes Santa Cecilia, en el instituto laboral, y allí empecé mis andaduras. Y doña Carmen Utrera, mi primera profesora, le decía a mi madre: No dejes a la niña que la niña vale mucho y la niña no quería ir a Bellas Artes con ocho años, yo quería quedarme con mis muñecas (ríe)
Hasta que no tuve diez o doce años no me gustó a mí la música, porque entonces no quería ni loca. Ya en quinto de piano de Bellas Artes yo me acompañaba zarzuela y la cantaba con el maestro Dueñas, que me inició en el cante, y tenía unas notas de matrícula de honor, la niña prometía. Con Dueñas cantábamos en el coro y no nos callábamos ni locas.
Su apodo La Macaria, alude al emblemático cine Macario al que Javier Ruibal le dedica una canción: “De lunes a viernes valía la pena vivir un calvario, si el sábado daban una buena peli en el cine Macario”. ¿Era su segunda casa?
Hombre, era mi casa, el cine estaba enfrente de mi casa, mi padre y mi tío eran los socios. Cuando era cine de verano mi tío, que era más serio que mi padre, nos echaba a todos a la calle porque íbamos los seis hermanos con los amigos y armábamos unos escándalos... Allí tenía el piano donde estudiaba y cuando yo empecé a grabar había espectáculos físicos, Manolo Caracol, Manolo Escobar y Juanito Valderrama venían a cantar aquí. De vez en cuando venía una compañía en autobús y cantaba en directo y se llenaba el cine, era un escándalo. En el cine Macario conocí al Dúo Dinámico porque venían a cantar; con ellos hice los primeros coros, antes no había. Esa era mi segunda casa y yo soy la Macaria porque mi abuelo se llamaba Macario, un nombre horroroso, pero se llamaba así. Todos los que fuimos saliendo después de mi abuelo todos son macarios y macarias. Muchos artistas de estos que ya no viven me conocían por la Macaria y me llamaban así en las grabaciones.
Dicen que fue usted novicia antes de marcharse a Madrid a estudiar en el conservatorio. ¿Sintió la llamada de la música?
Eso es mentira, estuve de postulante en Córdoba tres meses y no fui novicia de nada. Cuando llegué aquí dice la gente que yo era monja, pero me da igual. Yo he sido una persona toda la vida que me he pasado por el bolso todo lo que han dicho, yo ni fui novicia, ni cogí ningún hábito ni nada. Pero en aquella época como El Puerto era más reducido empezaron a decir que yo me había hecho monja, me da lo mismo, ojalá hubieran dicho me iba de señorita de compañía. (Ríe)
En aquel tiempo, ¿fue difícil para usted irse a la capital a estudiar?
A ver, no se iba nadie, en aquel tiempo no estudiaba nadie una carrera fuera. A mí no me fue difícil. Mi padre me dijo no te vas a Madrid hasta que no termines la carrera de piano superior y entonces dije, ah si, me puse las pilas y como la niña era lista y apuntaba maneras en nada de tiempo hice tiquitiquiti, matrícula de honor, la carrera de piano: toma el título. Pero mi padre no quería que fuera a Madrid. Me decía: Bueno, ya hablaremos, y yo le decía: Me voy a Madrid, no vengo a pedirte permiso y así llegué en el año 62 al conservatorio. Estábamos en el segundo año un día y llegó una compañera diciendo que estaban pidiendo al conservatorio alumnas que se presentasen para grabar el anuncio de Coca-Cola de litro y yo fui y me cogieron. Y a partir de ahí empecé a grabar.
¿Se imaginaba participando en el festival de Eurovisión?
No, yo no sabía lo que era eso, vamos a Londres, pues vamos a Londres. Mucho antes de lalala había grabado con Serrat, con el Dúo Dinámico, con Marisol, con un montón de gente de gente en Zafiro y en Fonograx y nos llamaron porque ya nos conocían. Oye una cosa, los trajes que sacamos los hice yo porque nos dijeron en la casa de discos que fuéramos como nos diese la gana, y yo dije, hombre, vamos a comprar una tela que yo coso, mi madre me enseñó a coser, cosa que ahora no aprenden las niñas. Corté lo trajes, nos forraron los zapatos de la misma tela y fue un éxito. Que quede claro que yo fui la modista aparte del coro (ríe)
Manel Navarro, Alfred García, Miki Núñez… últimamente los catalanes representan a España en el festival. ¿Cree que se armaría tanto revuelo hoy si uno de ellos hubiese manifestado la decisión que tomó Serrat?
¿Qué quieres que te cuente? Ni conozco a ninguno, ni idea. En el festival de Eurovisión, había en su día grandes compositores que presentaban grandes canciones y yo ahora no conozco ni al que canta ni al que hace la copla, ni a Manel ni a los que han hecho las canciones. Vaya castaña marinera. Ramón del Dúo Dinámico presenta canciones y se la tumban porque hay amiguismo. Yo me quedé con Julio Iglesias, Juan Bau, Nino Bravo, Perales, Formula V, y lo que hay ahora no me interesa. Pero ahora ya hay muchas chavalas que cantan, en mis tiempos era, la partitura y canta, ahora canta cualquiera, de oído y hay chavalas que lo hacen muy bien. Antes había que leer música, ahora no, ahora lo hacen muy bien con ordenador, fenomenal, pero lo de aquel entonces, aquello no volverá. En aquel momento no valía tanto dinero grabar un disco, porque entonces había muchos estudios de grabación y te costaba nada, te lo hacía la casa de discos, y pum pegabas un pelotazo, como salieron muchos de entonces. Y ahora no, ya no hay casi casas de discos porque cada uno se lo hace en su casa por ordenador. Los de antes eran unos músicos de primera fila y se han muerto un montón de ellos ya.
Antes había que leer música, ahora no, ahora lo hacen muy bien con ordenador, fenomenal, pero lo de aquel entonces, aquello no volverá"
Apenas tuvo tiempo para ensayar, unos diez días. ¿Cómo fue la preparación de la canción?
Primero la grabamos con Serrat en un estudio de grabación para hacer promoción con el disco, y como Serrat dijo que quería cantar en catalán y le dijeron que no, llamaron a Massiel que estaba en Méjico y se vino a grabarla. La tuvimos que grabar de nuevo porque era distinto tono. Y luego allí, en Londres había ensayos con la orquesta todos los días a las 5 porque había que probar luces y sonido. La ensayamos muchas veces.
¿Qué supuso para usted ganar Eurovisión en 1968?
Muy bien. En aquel momento tenía el pelo largo como Massiel y cando salimos me cogieron en hombros a mí en lugar de a ella. Salimos el Dúo Dinámico y las tres del coro, y una chiquilla arrodillada me decía: Por favor, Massiel, y yo le decía: Que yo no soy. Se quedo Massiel muy repanchigada en el camerino a esperar la apoteosis final y a la que cogieron en hombros fue a mí. Nos confundieron allí, un día en un ensayo llegó un portugués y me dijo que si me podía hacer una entrevista, dije: Sí vale, hablo con mis compañeras y nos la haces, y dice: No, a tus compañeras no, a ti sola, digo bueno vale, se despide y me dice: Muchas gracias Massiel, y digo: Che, un momento, yo no soy Massiel. Se confundió, como teníamos las dos el pelo largo (Ríe)
La victoria de Massiel en el Festival fue objeto de acusaciones acerca de una posible compra de votos por parte del régimen franquista. ¿Fue esto cierto?
No tengo ni idea, nosotras íbamos por Londres paseando, pero vamos en aquel momento de franquista ni de nada porque el director de TVE en aquel momento era Adolfo Suárez que luego fue presidente del Gobierno. Yo ni vi movimiento, no estábamos en la gran esfera digamos. Pero vamos, eso es mentira podrida. Fraga Iribarne, que era el de turismo en aquel momento, nos dio una cena después de haber vuelto de Londres, pero ahí nadie comentó nada de Franco. Se lo han inventado, o por lo menos yo no vi nada.
Se pasó media década de los 70 en el escenario de Eurovisión, con Julio Iglesias en 1970, con Karina en 1971, con Sergio y Estíbaliz en 1975, y con José Vélez en 1978. ¿Cómo fue tratar con las estrellas más conocidas de la época?
He cantado con todo el mundo, grabábamos con todos, yo recuerdo con mucho cariño a todos los cantantes. Estuvimos tres años viajando con Julio Iglesias, teníamos muy buen feeling, el niño era una castaña cuando empezó y yo le decía: Julito qué pesado eres. Yo soy muy guasona y le decía: Como te portes mal te desafino en el coro, ala. Teníamos amistad, estábamos juntos todo el día, parece ser que se cepillaba a todas las que encontraba por el camino, pero yo no lo vi. Lo último que canté con él en directo fue en la Expo de Sevilla con Plácido Domingo. Entonces fue cuando la ETA raptó a su padre y en su camerino había policías custodiando por si acaso le pasaba algo. Fui con mi hijo y no me dejaban pasar, entonces pasó él por allí y nos metió, y le dijo a mi hijo: Yo no soy tu padre porque tu madre no ha querido eh. Amigos de toda la vida. Cuando se mató Nino Bravo íbamos a viajar con él aquel verano, he grabado todos sus discos, era un cantante que daba gusto oírlo. Recuerdo esa época que no volverá con muchísimo cariño. Tuve la gran suerte de dedicarme a lo que más me gustaba, y además ganando dinero.
En 1973 se aventura a grabar un single con Waldo de los Ríos que se podía ver en el escaparate de Disco Film de la calle Vicario. Después de años en el trío, ¿le picó el gusanillo de convertirse en solista?
Fue Waldo de los Ríos, él fue el que me llamó y me dijo tengo aquí unas canciones de una argentina lírica que le voy a hacer unos arreglos y quiero que la cantes tu. Y le dije, vale, y fue el que me hizo el disco, pero yo no pedí hacer disco ni nada. Waldo me tenía mucha admiración, le dijo a su mujer que yo era una de las voces más privilegiadas que había oído, fíjate. Me dijo: Niña, ¿a ti no te dicen un mote en tu pueblo? y digo hombre claro, la Macaria, y le encantó y en el disco me puso Merche Macaria.
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Todavía se guardan en el imaginario las sintonías de 'La Abeja Maya' o de 'Barrio Sésamo'. ¿Por qué casi nadie sabe que eras la voz de estas sintonías?
Tu ponías la voz, pero la cara la ponía otro, porque generalmente las modelos no cantan. Un día, José Luis Navarro, que es el que grabó La vida sigue igual con Julio Iglesias en Columbia, me dice: Me han pedido a la cantante que canta Heno de Pravia y tú tendrás que conocerla ¿no?, y le dije: Sí y tú también, soy yo. La gente no ha terminado de conocer las cosas que yo he hecho en particular. Si te cuento las cosas que yo he grabado ni te las crees, el anuncio de las muñecas de Famosa, la reina de la basura de Fraggle Rock, he hecho una gallina, un burro, hasta he grabado flamenco, y para la película La Colmena, la lirio y ojos verdes. Hemos hecho de todo, hasta cantar en un puticlub francés.
Su rostro aparecía en anuncios de Coca-Cola, el jabón Heno de Pravia o el brandy Soberano, que “era cosa de hombres”. ¿Sufrió el machismo propio de aquella época, hemos evolucionado como sociedad, aunque a veces no lo parezca?
Anda hombre, entonces éramos normales, no había machismo ni había buenismo ni había de nada. Yo cantaba eso del Soberano en aquel momento y también habría alguna que se lo bebería. Pero eso es de ahora. Yo siempre fui una señorita femenina, no feminazi ni nada de esto, en aquel momento nadie estaba tan dislocado como ahora. Las cosas que están pasando ahora no habían pasado nunca.
Cada año en los actos de la Patrona de Los Milagros, la patrona de El Puerto, canta durante el Ofertorio el Ave María. ¿Es la única vez que canta ya públicamente?
He estado cantando el Ave María 60 años por lo menos. Todos los años venía a cantar, estuviera donde estuviera. Recuerdo un año que me cogió en Huelva y a las siete de la mañana uno de los músicos me trajo en coche, vine, le canté el Ave María a la virgen, y me fui otra vez. También una vez estaba en Melilla y me vine en avión. Hoy no he cantado porque este bicho me tiene alborotada, me tiene rara y llevo aquí seis meses. Llevo ya tres años que no lo canto