Miguel Ricart, único condenado por la muerte de las niñas de Alcasser hace 30 años, volvió a convertirse en noticia el mes pasado cuando fue detenido por los Mossos d'Esquadra en un narcopiso donde se traficaba con droga.
Tras este suceso, Ricart ha ofrecido una entrevista en exclusiva a El Rincón del Disidente, en la que ha asegurado que es la primera vez que habla sobre los asesinatos de Toñi, Miriam y Desirée.
Ricart se ha declarado inocente al mismo tiempo que confesaba que no se acuerda dónde estaba el 13 de noviembre de 1992. "Mi relación con Antonio Anglés no era buena, de hecho andábamos juntos muy poquito, yo era amigo de su hermano Roberto. A la madre de Desirée le diré que se equivoca de persona. Si analizan el ADN del cuerpo de su hija, encontrarán a los culpables". ha señalado.
El único acusado del triple crimen que conmocionó a la sociedad española ha indicado que dos hombres trajeados dijeron "este es el que queremos" y por eso cumplió condena. Según él, se destruyeron pruebas y nunca quiso que le aplicaran la doctrina Parot por la que quedó en libertad. "Yo esperaba la absolución. Soy inocente. Yo no era ese animal que querían vender, sino una persona a la que acusaron sin pruebas. No tengo nada de qué arrepentirme y si he hecho algo mal en la vida que Dios me perdone, pero en todo esto no. ¿Suero de la verdad? Nadie hasta ahora me ha dado la oportunidad y de hacerlo me juego la vida, pero creo que merece la pena".