Un joven nicaragüense, Aldrich Rivera, falleció el 5 de mayo en La Palma del Condado, electrocutado mientras recogía naranjas en una finca. Se encontraba en situación irregular. Es, fríamente, uno más de la cifra que habrá a final de año de muertes en el campo. En 2020 fueron 59 agricultores y ganaderos, muertes todas en el tajo.
Aldrich, según recoge en un reportaje eldiario.es, sufrió una electrocución al recoger unas naranjas de uno de los últimos árboles. Ya les habían advertido del riesgo por la existencia de unos cables. Al subirse a la escalera para recoger la fruta, sufrió la descarga eléctrica. Fue trasladado por sus compañeros de cuadrilla al centro de salud, donde falleció finalmente. A raíz de lo sucedido, se abrió una investigación judicial, tanto por la muerte como por la existencia de trabajadores sin regularizar. Por ahora se ha detenido a dos personas.
Como señala el citado medio, Rivera vivía en Sevilla, en un piso en La Macarena. En Nicaragua era taxista pero también licenciado en Finanzas. Tenía dos hijos a los que no llegó a conocer. En 2019 se marchó a España en busca de oportunidades. Conseguir dinero y, posiblemente, viajar a Estados Unidos. Entró en España con un visado turístico, que a los 90 días provocó que la situación de Rivera fuese irregular.
Su trabajo consistía en ir por fincas, sin conocer ni siquiera cuáles eran. De hecho, desconocían a quién pertenecía la finca donde se produjo el suceso. Ni quién fue el trabajador, un tractorista, que le insistió en que había que coger las últimas naranjas del árbol donde se produjo el incidente.
Ahora, la familia espera la repatriación del cuerpo. El final de Aldrich Rivera llegó en La Palma del Condado.