De la mano de su padre, la niña de dos años que fue atropellada por un motorista en El Puerto la semana pasada, iba camino de la casa de su costurera para probarse un traje de flamenca que iba a lucir en la feria. Pero un motorista truncó salvajemente sus planes.
Sobre las 20.00 horas del jueves 4 de mayo, en la calle Caracas de la barriada de Los Frailes, tuvo lugar el accidente. A pesar de que el padre de la pequeña avisó al motorista de que redujera la velocidad porque había niños jugando, la familia cuenta que aceleró, llevándose por delante a la pequeña de dos años.
Hasta 200 metros llegó a arrastar a la niña, según testigos presenciales. La pequeña fue trasladada al Hospital General Santa María de El Puerto en un primer momento, aunque ahora se encuentra ingresada en la UCI pediátrica del Hospital Puerta del Mar de Cádiz.
"Sus constantes vitales están bien, pero está grave", cuenta Ramón Amaya, abuelo de la niña, en conversación con lavozdelsur.es. La pequeña tiene dos fracturas en el cráneo y está pendiente de someterse a varias intervenciones. En estos momentos se encuentra sedada.
El abuelo de la niña atropellada relata a este periódico que, aunque el padre levantó la mano al motorista para advertirle de la presencia de menores, "dio gas a la moto y la atropelló, dejándola tirada". El conductor de la moto, de gran cilindrada, prestó declaración en dependencias policiales, pero se encuentra en libertad, algo que critica la familia.
"Estaba conduciendo de forma temeraria, atropelló a mi nieta y se dio a la fuga. El acompañante que llevaba se dedicó a descolgar a la niña de la moto", relata Amaya, que no entiende por qué no ha sido detenido el culpable del atropello de su nieta.
"Queremos que se sepa la verdad y que se haga Justicia", proclama el abuelo de la pequeña, que no se explica que no se haya arrestado al autor de los hechos. "Queremos la verdad, no pido más. La Policía Local dice que no lo ve claro, cuando hay un atropello y una fuga, por eso queremos hacer pública la verdad", agrega.
Los padres de la pequeña, mientras, pasan las horas y los días en la sala de espera de la UCI, esperando noticias sobre la salud de su hija. La familia está siendo acompañada y asesorada por la Plataforma nacional por los derechos humanos y por la asociación humanitaria Calé de El Puerto.
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