Palomeque, un pequeño pueblo de Toledo, está de luto desde el pasado lunes por la tarde, cuando un niño de 10 años murió en el interior del nuevo coche de su padre. Según las primeras hipótesis policiales, mientras el vehículo estaba aparcado en la calle, el menor que estaba jugando dentro accionó por error los cierres de las puertas sin saber volver a abrirlas de nuevo.
Las altas temperaturas provocaron que el automóvil se calentara rápidamente al estar a pleno sol y el pequeño sufrió un golpe de calor que acabó resultando fatal. Cuando el padre del chico despertó de la siesta, comprobó que su hijo no estaba en casa y salió a buscarlo, encontrándole inconsciente en el interior del vehículo.
Según ha relatado la Guardia Civil, cuando los servicios médicos llegaron al lugar no pudieron hacer nada por reanimarle. Las mismas fuentes han señalado que, aunque siguen pendientes del resultado de la autopsia, no hay indicios de que el menor fuera asesinado, ya que cuando lo encontraron se había quitado la ropa y había vomitado, lo que apunta a que murió por causa natural.
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