El joven de 20 años que el pasado domingo había denunciado ser víctima de una agresión homófoba en Malasaña ha cambiado su versión ante la Policía reconociendo que fueron consentidas. El Ministerio de Interior ha valorado el trabajo realizado por la Policía Nacional en la investigación para esclarecer los hechos. "El joven ha decidido rectificar su declaración inicial y ha declarado que las lesiones inicialmente denunciadas fueron consentidas".
Según La Sexta, el joven se ha derrumbado ante la Policía tras un nuevo interrogatorio. Los efectivos policiales tenían la sospecha de que había detalles en la denuncia que no cuadraban del todo. Algo que llamó mucho la atención fue el hecho de que nadie hubiera visto ni oído nada sobre un ataque que, supuestamente, tuvo lugar a las cinco de la tarde del domingo.
En su nueva declaración, el joven ha reconocido que las lesiones provocadas en el labio y la nalga, donde le tatuaron la palabra maricón, fueron dentro de una relación íntima y de manera consentida.
Las cámaras de seguridad de la calle en la que vive el joven y las zonas aledañas no habían detectado ningún movimiento extraño de un grupo de ocho personas con sudaderas con capuchas y pasamontañas. El denunciante tampoco llamó a los servicios de emergencias. Los agentes, que interrogaron durante estos días a vecinos y comerciantes de la zona, no encontraron ningún testimonio que hubiese visto o escuchado algo de lo denunciado por el joven.
Tras analizar el móvil y las redes sociales del denunciante, los agentes han descubierto que mantenía una relación algo particular con otra persona. Ahora el joven se enfrenta a una posible acusación por denuncia falsa. Tal y como recoge el Código Penal, el delito en cuestión podría estar penado con prisión de seis meses a dos años y multa de doce a veinticuatro meses, si se imputara un delito grave. Una multa de doce a veinticuatro meses, en el caso de imputarse un delito menos grave o, por último, una pena de multa de tres a seis meses, si se imputara un delito leve.