El Gobierno de Canadá, presidido por Justin Trudeau, abre este sábado un periodo de consultas de 75 días para añadir opiniones a la nueva norma antitabaco que el Ejecutivo plantea aplicar a finales de 2023. La norma busca etiquetar individualmente a los cigarrillos con la frase "veneno en cada calada".
En Canadá, como en otros países occidentales, es obligatorio etiquetar con mensajes las cajetillas del tabaco junto a imágenes de enfermedades que provoca este carcinógeno. Ahora esta ley quiere hacer un cerco mayor a los consumidores de cigarrillos, según la ministra de Salud Mental y Adicciones de Canadá, Carolyn Bennett, sumándose así a los mensajes en las cajetillas, que se aplicaron por primera vez hace 20 años.
El periodo de consultas público servirá para ver si el mensaje que se escriba de forma individual en los cigarrillos será definitivo o no. Por el momento, ningún otro país se ha planteado aplicar una norma similar.
España lleva la ley antitabaco a las playas
Cabe recordar que con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente el pasado 5 de junio, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) insta a las autoridades para que se apruebe la legislación que prohíba fumar en espacios públicos abiertos, como terrazas y playas, y celebra la incorporación de playas sin humo. Precisamente, las playas son áreas muy sensibles, y no solo para los fumadores pasivos, ya que un altísimo porcentaje de las colillas de los cigarros, que contienen hasta 7.000 elementos tóxicos tan nocivos como el arsénico o el plomo, son desechadas en el medio ambiente.
Normalmente, las colillas son trasladadas de una u otra forma al medio acuático, donde se degradan en microfibras, que son ingeridas por toda clase de animales marinos, llegando incluso a los alimentos de consumo humano. Asimismo, los residuos tanto de las colillas como de los productos de vapeo no pueden ser eliminados en su totalidad, incluso tras el tratamiento de las aguas residuales. "La exposición al humo del tabaco, también de segunda y tercera mano, es decir, en los fumadores pasivos, se asocia a una mayor predisposición de enfermedades cardiorrespiratorias crónicas, cáncer de pulmón, mayor riesgo de agudizaciones y peor pronóstico", precisa la doctora Cristina Martínez, neumóloga y coordinadora del área de medio ambiente de SEPAR.
"Además, no podemos olvidar que, de acuerdo con estudios internacionales, en el mundo se arrojan al medio ambiente 143.000 colillas por segundo. De hecho, las colillas son el 40 por ciento de los residuos del Mar Mediterráneo y requieren de aproximadamente 12 años para degradarse", añade.
Actualmente, en España, la última ley vigente contra el tabaquismo es la Ley 42/2010, que tiene "algunas deficiencias que merece la pena abordar", a fin de "construir una ley que sea más eficaz y más eficiente para prevenir que los jóvenes se inicien en el consumo de tabaco, facilitar que los fumadores dejen de fumar y, sobre todo, para proteger la salud de los no fumadores frente al aire contaminado del consumo de tabaco", afirma el neumólogo y coordinador del área de tabaquismo de SEPAR, el doctor Carlos Rábade.
Así, ya desde el año pasado, SEPAR reclama 5 medidas que debe contener la nueva ley antitabaco: prohibir el consumo del tabaco en espacios públicos; un incremento al precio de este producto; instaurar el empaquetado genérico; regular que tanto cigarrillos tradicionales como electrónicos sigan las mismas normas de venta, consumo y publicidad, e instaurar en todo el Sistema Nacional de Salud unidades antitabaco, que den asistencia sanitaria para que los fumadores abandonen este hábito, financiando estas terapias.
"Especialmente en este Día Mundial del Medio Ambiente, la prohibición de fumar en lugares públicos es una medida más que positiva, que puede ofrecer beneficios a corto plazo", señala la doctora Martínez. "Desde SEPAR instamos a los responsables de legislar para que este trámite se acelere. Nos estamos jugando la salud presente y futura del ecosistema y de las personas. No podemos esperar más", concluye el doctor Rábade.