Según el Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Copernicus, la nube de dióxido de azufre del volcán de La Palma puede llegar el jueves a la Península, afectando también a las Islas Baleares y sur de Francia, además del norte de África.
La nube de azufre llegará por el Mediterráneo y entrará por la Comunidad Valenciana, Murcia y la zona oriental de Andalucía. Durante una erupción volcánica, el dióxido de azufre es uno de los gases más habituales. Se trata de un gas incoloro que causa irritaciones en la piel y los tejidos mucosos de los ojos, nariz y garganta.
Según los expertos, las concentraciones no son demasiado importantes ni serían perjudiciales para la salud. Si no cambian los vientos, la nube afectaría a todas las provincias andaluzas, siendo el mayor temor una lluvia ácida prolongada durante un largo periodo de tiempo.
Esto sí podría provocar grandes alteraciones, tanto químicas como biológicas, de los ecosistemas. Algo que tendría repercusión en la vegetación y fauna del entorno.
Irritaciones del sistema respiratorio, afecciones pulmonares, alteraciones del metabolismo de las proteínas, ansiedad y dolor de cabeza son algunas de las reacciones que puede provocar el dióxido de azufre. Y en cuestión de los ecosistemas forestales y acuáticos hablamos de importantes daños a la vegetación, posible pérdida de especies, reducción de la fotosíntesis y degradación de la clorofila.