Las obras de restauración en el retablo mayor de la iglesia de Santa María la Blanca, en Sevilla, han llevado a un sorprendente hallazgo. Desde noviembre del año pasado se están acometiendo unas reformas que han obligado a desmontar, por primera vez en 350 años, el retablo.
Y tras el retablo mayor ha quedado al descubierto restos del muro trasero, lo que en su día fue una sinagoga. Según ha explicado el arqueólogo José Antonio Valiente, se trata de una construcción en muy precario estado de conservación. "Por fin podemos pensar que la configuración de la sinagoga está descubierta", ha revelado.
En el 1391 se convertiría en templo cristiano, sufriendo una gran transformación al estilo barroco en la segunda mitad del siglo XVII.
Los restos que han sido descubiertos solo estarán visibles durante unos meses, ya que siguiendo la ruta de la restauración, el retablo volverá a ser montado y dicha zona quedará tapiada nuevamente.