La plaga de chinches que empezó en París ya ha llegado a España y mantiene en alerta a las autoridades sanitarias para controlar la situación. Algunas familias ya han sufrido la presencia de estos insectos en sus viviendas. Es el caso de Jordi Casanovas, que ha contado en el programa Versión RAC1 de Toni Clapés la horrible experiencia que está viviendo en su segunda residencia, en Cataluña.
Ha dedicado más de 20 horas de una semana a exterminar chinches de una sola habitación y lleva desde finales de agosto con picaduras molestas. Al principio, no les dieron importancia, pero, con el tiempo, "en algún momento llegué a tener más de 50". Según explica en la radio, "dan mucho picor, tenía marcas que me iban desde el cuello y toda la espalda hasta las piernas y bajo la rodilla".
Para poner remedio, el hombre fue a una droguería donde le explicaron que debía pasar el aspirador por el colchón y el sofá, después aplicar calor y, una vez que los insectos salieran, echar el insecticida.
La familia se llevó un susto cuando realizó el proceso en la cama. "En cuanto lo pusimos, las chinches empezaron a salir", dice. Algo que les llevó a desmontar y fumigar las láminas del somier, donde hallaron chinches vivas, muertas y algunos huevos.
Los insectos han invadido la ropa del armario y las mantas y nórdicos. "O los tiramos o los lavamos a 60 grados", añaden. Una vez que terminan de fumigar, también lavan la ropa que llevaban puesta. "Uno de los días, cuando salí de allí, puse la ropa en la lavadora y cuando estaba en la ducha había una chinche que me subía por la pierna. Entras en una fase de paranoia total", ha contado.