Hace seis meses, el pequeño Oliver emprendía junto a sus padres un viaje desde México hasta Barcelona en busca de una cura para un tumor en la base del cráneo.
Tras ser intervenido en dos ocasiones en el Hospital Sant Joan de Déu, donde lograron extirparle más del 90 por ciento del tumor, el pequeño viajó hasta Madrid para someterse a un novedoso tratamiento de protones.
Un tratamiento que ha funcionado bien y que ha permitido a Oliver tocar la simbólica campana de quienes superan el cáncer. "Fin protones", comentaba Lena, la madre del pequeño, en redes. Añadía que "nos vamos de Madrid tristes y felices a la vez. Tristes porque nos despedimos de la Clínica Navarra y su equipo encantador que nos ha apoyado a Olivito y a mí en cada momento. Nos vino muy bien esta rutina que tuvimos aquí. Todos los días el mismo horario, el mismo tratamiento, las mismas caras... Felices porque hemos terminado otra etapa en este camino".
Los padres del pequeño de tres años ha agradecido el trato y el cariño que han recibido en estos duros meses. "Ahora toca descansar un poquito. A reponer fuerzas, a disfrutar y a por estos últimos ciclos de quimio. ¡Tú puedes mi pequeño campeón y te admiro por lo valiente y fuerte que eres!".
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