No habrá junta general extraordinaria de Abengoa el próximo 3 de marzo. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) decide suspender la convocatoria tras la solicitud de concurso voluntario de acreedores formalizada por la multinacional sevillana esta misma semana. La próxima fecha no se sabrá "hasta que pueda ser, en su caso, convocada y celebrada con la asistencia y participación debida de la administración concursal", expresa el Alto Tribunal.
El Tribunal Mercantil entiende que debe suspender la junta "al menos hasta que la administración concursal haya sido designada, haya aceptado su cargo y se encuentre en disposición de acudir a una junta tan relevante para los intereses de los acreedores". En esa junta estaba previsto que el candidato de los accionistas minoritarios, agrupados en AbengoaShares, se proclamara presidente. Al menos, eso esperaba y llevaba tiempo proclamando Clemente Fernández, pero tendrá que esperar. De momento, es presidente "virtual" de la compañía, tras presentar los votos necesarios para ganar la junta que iba a celebrarse a principios de marzo.
El empresario e inversor Clemente Fernández, que cuenta con una dilatada experiencia en los mercados de capitales —especializado en compañías distress—, ha sido durante los últimos tres años presidente ejecutivo de Amper, multinacional del sector de las telecomunicaciones, lidera el grupo AbengoaShares, que aglutina a accionistas minoritarios de la empresa sevillana. "Es un grupo organizado a través de las redes sociales con el objetivo de que su inversión en Abengoa no se les dejara a cero tras dos operaciones acordeón. La primera operación supuso una dilución del 95% y en esta segunda se pretendía una dilución adicional del 97,3% al 5% que les había quedado tras la primera dilución, es decir, un 0,135% de las acciones originales", explica Fernández, en declaraciones a lavozdelsur.es.
"Tras mi salida de la presidencia ejecutiva de Amper estaba ya trabajando para un fondo extranjero de fusiones y adquisiciones, de las varias ofertas que recibí en mi salida. Fue en la mañana del 15 de diciembre cuando un periodico publicó la oferta negociada por De Quintos, me alarmé y fui consciente de que se había perdido toda la inversión", cuenta Clemente Fernández, que tiene diez millones de acciones clase B de Abengoa, valoradas en unos 400.000 euros. "Abengoa tiene muchos problemas a resolver, pero lógicamente el más urgente es encarar el concurso y a la par negociar la refinanciación de la compañía con la consecución de líneas para circulante y avales que eviten el colapso", reseña.
"Creo que el proceso que ha sufrido Abengoa, tanto para accionistas como para trabajadores, merece un castigo. En todo caso, pondré el foco en la estabilidad y el crecimiento. Pero sin olvidarme de revisar el pasado y pedir responsabilidades por el sufrimiento generado a muchas familias originada por una gestión sectaria que solo buscaba favorecer a parte de los acreedores financieros olvidándose del resto del ecosistema Abengoa", señala Fernández.
Ahorros perdidos
La multinacional sevillana Abengoa tiene unos 90.000 accionistas, muchos de ellos, minoritarios que invirtieron sus ahorros en la empresa, con la esperanza de que se revalorizaran. Ana Álvarez, de 58 años, es una de ellas. Esta funcionaria malagueña invirtió 18.500 euros en acciones clase de B de Abengoa en 2016. Lo hizo porque "es una empresa andaluza y me lo recomendó el Banco Santander", cuenta en declaraciones a lavozdelsur.es. Álvarez confiesa: "Consideré que era una buena opción, es una empresa española y con futuro en un sector en auge".
El paso de los años le hizo temer por su inversión. "Tengo los ahorros de toda una vida. Mi hija tuvo que retrasar su boda porque, de repente, la empresa dejó de cotizar, y no pude vender una parte para ayudarla en los gastos", señala Ana, quien espera que Clemente Fernández pueda "ayudar a los ahorradores a no ver perdida su inversión y sus ahorros". "Somos 90.000 familias las afectadas y todos los organismos de control han fallado en este tiempo", se queja.
Antonio Robles, jubilado sevillano de 72 años, tiene 7.300 euros en acciones clase A de Abengoa. ¿Por qué decidió invertir? "Animado por el empuje a las renovables, la información de apoyo del Gobierno a la empresa, la apuesta del ICO y Cesce y porque era de mi tierra. En mi condición de andaluz quise apoyarla y confiar en ella", señala. Son sus "ahorros de toda la vida", dice Robles, que confía en que se haga justicia "por el robo tan grande que supone lo que estamos viviendo", por lo que espera que se genere "un plan de futuro y riqueza para mi tierra y para la gente joven que lo necesita".
Miguel Cabrera, 42 años, es un bombero de La Línea de la Concepción que invirtió 10.325 euros en Abengoa porque "la veía una empresa de futuro y sabía que iba a ir por la vía de las renovables, que es un tema que me gusta, también por ser andaluza y por ayudar a hacer crecer a la empresa". Cabrera agrega que "el potencial que le veía a la empresa poco a poco fue disminuyendo por la gestión que estaban haciendo los directivos y veía que mi inversión la estaba perdiendo". "La ilusión por recuperar mis ahorros la tengo perdida, pero con Clemente Fernandez la cosa puede cambiar y llevar a la empresa adonde yo creía que llegaría", remata.
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