Hace casi tres años, Álvaro Girona Arias, un joven español, empezó a trabajar como ingeniero en Apple. Lo que para muchos sería un sueño, no tardó mucho tiempo en convertirse en una pesadilla.
Hace cerca de año y medio se pidió una excedencia tras los presuntos abusos y malos tratos recibidos. Las secuelas por lo sufrido no han desaparecido. "Mi vida durante los últimos dos años ha pasado por diferentes tratamientos antidepresivos y he sobrevivido a varios intentos de suicidio", relata el joven.
Álvaro ha decidido contar lo que para él fue un auténtico infierno: "Llegué a trabajar períodos de más de tres semanas, incluyendo festivos y fines de semana durante jornadas de más de 16 horas de media, llegando hasta hacer 20 horas, irme a dormir a las 7 de la mañana del día siguiente y levantarme a las 10 de la mañana, con un mensaje de mi jefe exigiendo que trabajase más duro porque íbamos con retraso".
Durante el tiempo que estuvo trabajando llegó a perder 16 kilos de peso, pasando en pocos meses de 80 a 64 kilos, con 1,90 metros de altura.
El joven ingeniero se ha dirigido a Apple en su denuncia pública: "Me negasteis el acceso al presupuesto de formación porque en Apple ya nos pagan bien y me pagué todas las cosas por mí mismo. En verano me dejasteis sin vacaciones, me quedé yo solo cubriendo todo el mes de agosto y después de ello me dijisteis que no iba a poder disfrutar de mis días de vacaciones en lo que quedaba de año porque no daba tiempo y las iba a perder. Este esfuerzo inhumano no solo nunca me fue reconocido ni retribuido, sino que los abusos y malos tratos en el ámbito laboral fueron cada vez a más, hasta el punto de destrozarme completamente".
Álvaro concluye señalando que "aprovechasteis que después de todo el machaque mental que llevaba estaba débil para hacerme tragar aún más mierda. Me sugeristeis y coaccionasteis vosotros a que cogiese la excedencia cuando estaba en mi peor momento mental. En los tres meses que estuve de baja no parasteis de presionarme. Tuve que huir de ese sitio y decidí pedir una excedencia voluntaria que finalizó hace dos semanas porque mi cuerpo y mi salud mental no aguantaban más".