Estuvo encerrado 24 horas durante varias semanas en la televisiva casa de Gran Hermano. Ahora intenta no volver a estar encerrado, aunque en esta ocasión será entre rejas. Es El Yoyas, uno de esos tantos personajes que dio la telebasura de principios de siglo. Un individuo que se encuentra en busca y captura por maltratar a la que era su mujer y sus hijos. Cinco años y ocho meses de cárcel le cayeron.
Carlos Navarro, su nombre, ha pasado de sus polémicas apariciones en la pequeña pantalla a estar fugado en un bosque. El Juzgado Penal número 5 de Las Palmas de Gran Canaria ya ordenó a finales de octubre su ingreso en prisión por el delito de maltrato continuado contra Fayna, su ex pareja y también ex de Gran Hermano, y sus dos hijos.
Según El Mundo, que ha podido entrevistarlo, se encuentra en un paraje furtivo de difícil acceso. "Ahora no vivo, improviso, con los bolsillos vacíos. Estoy jodido", destaca El Yoyas. Una entrevista que ha generado un gran debate en redes sobre lo que muchos consideran un blanqueo al maltratador. La propia Fayna no entiende que no se haya comunicado ya a la Policía el lugar en el que está escondido su ex.
Además de prófugo de la justicia, Navarro también intenta hacerse la víctima al afirmar que lo que más le duele de todo es "perder a mis hijos. Es la mayor condena que me ha podido pasar, ese amor que me han privado de darles y de recibir". El juzgado consideró probado las formas "violentas" del personaje televisivo contra su hija de 11 años.
Se considera un "cabeza de turco" y afirma al citado periódico que le condenaron "sin una sola prueba, ni un parte médico ni una denuncia previa". El Yoyas parece haber olvidado el "clima de terror" del que habla la sentencia judicial. Afirma que durante una época su psicólogo fue "el Macallan" y que hizo terapia con el espejo. "Eso me llevó a siniestras dos coches en seis meses y a que mi vida me importara una mierda". Asegura estar recuperado, pero dice encontrarse "emocional y económicamente en la ruina".