La Policía Nacional empezará a utilizar en breve pistola tipo táser, que realizan descargas eléctricas, una demanda de los agentes, que pretenden así evitar tiroteos utilizando estos dispositivos. El pasado mes de enero se entregaron las primeras 150, para uso restringido exclusivamente entre los agentes que superaron la formación teórico-práctica necesaria para su tenencia, uso y manejo.
La utilización de estas pistolas "queda supeditado a la concurrencia de un evento o peligro concreto, en casos de urgencia o necesidad inaplazable", recoge el oficio de 25 de enero remitido desde la Dirección Adjunta Operativa (DAO) a los servicios centrales y jefaturas superiores. Cuando se usen estos dispositivos electrónicos, además, se activará una cámara personal asociada a las pistolas, algo que proporcionará seguridad jurídica a la actuación policial.
Las pistolas táser, cuyo nombre técnico es dispositivo electrónico de control, producen una descarga de 50.000 voltios que provocan la parálisis total de los músculos, aunque no provocan la pérdida del conocimiento. El uso de estas pistolas es una reivindicación histórica de la Policía Nacional, que pretende con ella reducir a delincuentes sin usar armas de fuego.
La Dirección General de la Policía compró 300 pistolas táser en octubre de 2020, aunque se han adquirido 700 más en este tiempo. Los sindicatos llevan meses criticando que los dispositivos llevan tiempo "cogiendo polvo en un almacén" y censurando que no se forme a los agentes de seguridad ciudadana, "que son los que más lo necesitan". El SUP pedía a Interior que entregara las pistolas y explicara "si es cierto que el retraso en la entrega tiene un trasfondo político relacionado con el rechazo de sus socios de Gobierno a cualquier mejora para la Policía Nacional".