El Ayuntamiento de Cádiz concedió en 2017 la Medalla de Oro a la Virgen del Rosario, Patrona de la ciudad, tras la aprobación de la Comisión de Honores y Distinciones y su ratificación en el pleno municipal. Esta distinción, que había sido solicitada por la orden de los dominicos de Cádiz y contó con el respaldo de 6.000 firmas por parte de ciudadanos particulares, asociaciones de vecinos, cofradías y diferentes agrupaciones de la capital gaditana, levantó mucho revuelo tras la llegada al poder municipal del alcalde José María González Kichi, firme defensor desde la coalición de izquierdas Adelante Cádiz de la separación Iglesia-Estado y de la aconfesionalidad de las instituciones públicas.
Desde el equipo de gobierno, que incluso tuvo que ir a juicio por esa decisión, se aseguró entonces que la concesión "se apoya por el apoyo ciudadano que tiene esta propuesta, con 6.000 firmas, nada que ver con el supuesto componente religioso". El Juzgado Contencioso-Administrativo número 2 de Cádiz desestimó el recurso que los laicistas habían interpuesto y les condenó al pago de las costas. La asociación habló de "claro sentido de castigo" y tachó a Kichi de practicar "populismo confesional que no es de recibo, menos aun perteneciendo a una formación política que dice defender los valores democráticos de la laicidad pero que alimenta fanatismos católicos".Ganar Cádiz en Común, socio de Por Cádiz Sí Se Puede (Podemos) en la anterior Corporación municipal, votó en contra y subrayó "el compromiso con la laicidad, desde el respeto a las creencias particulares, pero desde una posición coherente con lo definido en nuestro programa". Hasta el líder de Podemos, Pablo Iglesias, opinó sobre esta polémica, prestando primero su apoyo y luego, ante las críticas de Kichi a la compra de su chalé en Galapagar, asegurando que "yo le defendí cuando dio una medalla a una virgen de madera".