Los propietarios de Isla del Moral e Isla Canela recurren al Defensor del Pueblo por el abandono de la Punta del Moral

Tras recoger más de 1.500 firmas, los vecinos dan un paso al frente una vez que el Ayuntamiento de Ayamonte continúa sin responder, dos meses después, a la petición de reunión urgente

El paseo marítimo de Punta del Moral.

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Los más de 1.500 residentes de Punta del Moral, Isla del Moral e Isla Canela cansados del "estado de dejadez" de esta zona turística de Ayamonte han decidido acudir al Defensor del Pueblo Andaluz para exponer el abandono que, denuncian, sufre el enclave. El colectivo, que en septiembre entregó al alcalde de la localidad fronteriza, Alberto Fernández (PP) una carta respaldada por miles de firmas, no ha recibido respuesta oficial del Ayuntamiento, lo que ha impulsado a los vecinos a elevar sus quejas a instancias superiores.

Un verano sin respuestas

El pasado periodo estival marcó un punto de inflexión para los propietarios y residentes de estas áreas, quienes aseguran que la falta de mantenimiento y limpieza alcanzó niveles críticos, afectando tanto la calidad de vida de los residentes como a la experiencia de los turistas. Desde hace más de dos décadas, Punta del Moral y sus alrededores han sido destinos turísticos clave en Ayamonte, pero el deterioro acumulado ha generado “una situación insostenible”, según denuncian los vecinos. La comunidad lanzó el pasado mes de agosto una campaña en la plataforma change.org, que rápidamente reunió más de 1500 firmas en apoyo a sus demandas de mejoras básicas, tales como la limpieza regular de paseos y aceras, la reparación urgente y necesaria de infraestructuras deterioradas y el cuidado de jardines y zonas verdes, completamente abandonadas.

Lisa Bovio, portavoz de los firmantes y propietaria en la Punta del Moral, ha liderado la iniciativa. En su carta al alcalde de Ayamonte, entregada el 12 de septiembre de 2024,  detalló los problemas que enfrentan los residentes y destacó que las peticiones no suponen grandes inversiones, sino acciones de bajo coste que el Ayuntamiento, en su opinión, está obligado a asumir en cumplimiento de sus obligaciones de mantenimiento urbano. “No estamos pidiendo obras faraónicas, solo solicitamos lo básico para vivir y disfrutar de nuestras áreas comunes con dignidad”, señala la misiva.

Reunión inesperada

El 29 de octubre, el Ayuntamiento de Ayamonte organizó una reunión para abordar el estado de la Punta del Moral, pero el encuentro fue promovido a instancias de la Comunidad de Propietarios de El Espigón y en él participaron solo los representantes de esta comunidad de forma unilateral junto con el teniente de alcalde, José María Mayo; y el concejal delegado de la zona, Francisco Cristóbal, natural de la Punta del Moral. La decisión de reunirse sólo con una comunidad, excluyendo al resto de los firmantes de la petición, ha generado malestar entre los vecinos, quienes consideran que la problemática “afecta a todas las comunidades de la zona” y que la reunión “debió haber incluido a una representación más amplia”.

Durante la reunión, los funcionarios municipales expusieron algunas acciones previstas ya anunciadas en las redes sociales municipales, entre las que destacaron un plan de asfaltado, mejoras en el puente peatonal -no su arreglo integral, que fue promesa electoral para el primer año de mandato- que conecta las urbanizaciones con la barriada y un aumento de los recursos de limpieza en épocas de mayor afluencia turística. Sin embargo, estas propuestas no lograron satisfacer las expectativas de la mayoría de los vecinos, quienes cuestionan la efectividad y la concreción de las promesas realizadas por el Ayuntamiento. “Es decepcionante ver que solo una comunidad fue escuchada cuando el problema afecta a todos los vecinos de la Punta del Moral y sus alrededores. Necesitamos soluciones reales, no promesas”, manifestaron algunos de los residentes tras conocer el resultado de la reunión.

Las demandas

La lista de demandas presentada por los vecinos se centra en necesidades básicas que consideran esenciales para el buen estado de este rincón con un potencial único. A la falta de efectivos policiales en temporada alta, que provoca la falta de vigilancia en una zona de alta afluencia, se unen graves deficiencias como la limpieza de aceras y paseos, un servicio que, aseguran, se ha vuelto irregular e insuficiente, especialmente durante el verano, cuando llegan miles de turistas. Según los vecinos, la falta de limpieza ha dejado a la Punta del Moral en una situación de abandono e insegura, con residuos acumulados, coches que circulan a alta velocidad y áreas comunes deterioradas, lo que afecta negativamente la imagen del lugar y dificulta el disfrute de los espacios públicos.

Otro punto clave es la reparación de las pasarelas que conducen a la playa. Estas estructuras, construidas hace más de 20 años, muestran un notable desgaste que, en algunos casos, representa un riesgo para los usuarios. Bovio y los firmantes solicitan una intervención urgente para reemplazar las tablas dañadas y reforzar la estabilidad de las pasarelas, una medida que, consideran, no debería implicar un gasto elevado y que tendría un impacto significativo en la seguridad de los residentes y visitantes.

La zona de columpios.

Asimismo, los vecinos reclaman la reposición de las cubiertas en los asientos a lo largo del paseo marítimo. Aseguran que muchos de ellos han perdido sus tapas originales, lo que los convierte en superficies incómodas e inadecuadas para el descanso. “Es frustrante ver cómo el mobiliario se deteriora sin que nadie haga nada al respecto. Estos asientos son fundamentales para quienes pasean por la zona, y no es justo que tengamos que resignarnos a verlos en mal estado”, comentan algunos de los residentes.

El mantenimiento de jardines -algunos de ellos sin riego desde hace casi un año- y zonas verdes es otro de los temas que más preocupa a los vecinos. La falta de poda, el destrozo de las zonas de juegos infantiles y el descuido del césped en las zonas comunes no solo afectan la estética de la Punta del Moral, sino que también ponen en riesgo la seguridad de los peatones, especialmente en las áreas de acceso a las urbanizaciones. Bovio sostiene que este problema podría resolverse fácilmente con una cuadrilla de trabajadores y una supervisión adecuada, lo que permitiría mantener el crecimiento de la vegetación bajo control y preservar la flora local en condiciones óptimas.

La situación del puente peatonal que conecta la Punta del Moral con la barriada es otro de los puntos críticos para los residentes. Describen esta estructura como “peligrosa, ilegal ante una evacuación por catástrofe natural e inadecuada para el tránsito peatonal”, ya que presenta deficiencias en el pavimento y carece de medidas de seguridad adecuadas. Los vecinos consideran que el Ayuntamiento debería priorizar la rehabilitación de este acceso para asegurar un paso seguro a los peatones y cumplir con las normativas de accesibilidad vigentes.

Además, los afectados exigen que el complejo deportivo municipal esté accesible durante todo el año, pudiendo ser utilizado por los vecinos de la barriada de la Punta del Moral, con casi un millar de habitantes, y no sólo en temporada alta. Actualmente, el complejo permanece cerrado la mayor parte del tiempo, como los hoteles de la zona, limitando las opciones de esparcimiento para los vecinos, quienes consideran que las instalaciones deberían estar abiertas de forma continua, especialmente en los fines de semana de verano.

Finalmente, la rehabilitación de calles y carreteras es una demanda constante. Las vías de la Punta del Moral, señalan los vecinos, llevan más de dos décadas sin recibir el mantenimiento adecuado y presentan numerosos baches, desaparición del alquitrán, señalética vertical y horizontal prácticamente inexistente y grietas que dificultan la circulación de vehículos y peatones. Los vecinos solicitan que se destinen fondos al asfaltado y a la mejora de la señalización vial, incluyendo pasos de peatones visibles y accesibles para personas con movilidad reducida, así como reductores de velocidad que contribuyan a la seguridad de todos.

La esperanza del Defensor del Pueblo Andaluz

Frente a la falta de respuesta oficial del Ayuntamiento, dos meses después del envío de la carta mediante registro de entrada, Bovio y los representantes vecinales han presentado una queja formal ante el Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu, solicitando su intervención para que el Ayuntamiento de Ayamonte cumpla con sus obligaciones de mantenimiento en la zona. En la solicitud entregada este viernes a primera hora de forma presencial en Sevilla, los vecinos piden que esta figura inste al Ayuntamiento a realizar las acciones de conservación necesarias para garantizar un entorno digno y seguro en Punta del Moral, Isla del Moral e Isla Canela.

La comunidad espera que la mediación de la queja permita que sus demandas sean finalmente atendidas y que el Ayuntamiento asuma la responsabilidad de mantener en buen estado las infraestructuras de una zona que, insisten, es uno de los principales atractivos turísticos de Ayamonte y debería recibir el mantenimiento que corresponde. “No queremos confrontación, solo pedimos lo básico para que esta zona sea habitable y segura. Creemos que es lo justo teniendo en cuenta los impuestos que pagamos”, concluye Bovio en su misiva, que para muchos representa la última esperanza de recibir una respuesta ante años de abandono.

Expectativas de cambio y posible desenlace

El paso de los vecinos al Defensor del Pueblo Andaluz marca un antes y un después en la movilización vecinal y evidencia el descontento generalizado ante lo que consideran “una gestión deficiente por parte del Ayuntamiento de Ayamonte”, indica Bovio. Los propietarios se mantienen expectantes ante el posible paso al frente de Maeztu, quien tiene ahora la tarea de investigar y evaluar el caso para determinar si el Ayuntamiento de Ayamonte ha incumplido sus obligaciones de mantenimiento y conservación en la Punta del Moral y sus alrededores.

Mientras tanto, los afectados continúan expresando su voluntad de colaborar con el Ayuntamiento para encontrar una solución que permita recuperar la calidad de vida en la zona. Sin embargo, advierten, que su paciencia “tiene un límite” y que, de no recibir una respuesta satisfactoria, seguirán explorando todas las vías posibles para que sus demandas sean escuchadas y atendidas, “y no el silencio sepulcral que hemos tenido hasta ahora por parte del alcalde y su equipo”, concluyen.