Una organización criminal dedicada al narcotráfico ha sufrido un duro golpe gracias a la labor desarrollada durante dos años por agentes de la Policía Nacional. Trece integrantes de dicha organización y su líder han sido detenidos en una operación en la que se han incautado de un total de 8.500 kilos de hachís.
Los narcos utilizaban subfusiles –tres han sido incautados– para proteger las guarderías de la droga. También empleaban vehículos todoterreno con remolque en los que transportaban la mercancia.
Con el ingreso en prisión de estos 14 miembros, la organización criminal se da prácticamente por desmantelada, una vez que en octubre de 2022 también se detuvo a otros 16 miembros que protagonizaron un tiroteo contra agentes de la Policía Nacional. En aquella ocasión, 4.500 kilos de hachís, que estaban ocultos en una nave industrial de la localidad sevillana de Lebrija, fueron incautados. Los narcos que custodiaban la droga recibieron con disparos a los efectivos policiales.
Tras las pesquisas realizadas, los investigadores pudieron comprobar que la red criminal seguía llevando a cabo sus actividades ilícitas y que, además, adoptaban medidas personales y electrónicas de seguridad para evitar ser investigados. Una vez planificada la segunda fase de la investigación, realizada de forma conjunta con la Agencia Tributaria, se diseñó un complejo operativo que se llevó a cabo el ocho de noviembre con un registro en la finca, que utilizaban como almacén. Esta intervención contó con la colaboración de los Grupos Operativos Especiales de Seguridad de la Policía Nacional (GOES).
Durante el registro fueron arrestados nueve integrantes de la estructura criminal y se intervinieron 4.000 kilos de hachís que pretendían distribuir a los distintos compradores de la mercancía, tres fusiles de asalto con munición y los vehículos de carga (todoterrenos). Tras ser puestos a disposición judicial, la autoridad judicial decretó la prisión provisional para los detenidos en la segunda fase.