Un año más cientos de animales se convertirán en regalos de Navidad. Se trata de una práctica que, aunque nazca de una buena intención, no deja de ser un acto tremendamente irresponsable ya que puede conllevar al abandono de muchos de ellos. "Aproximadamente el 30% de las mascotas regaladas en Navidad acaban abandonadas en junio o mueren en las carreteras a los pocos meses", denuncia Fátima González, presidenta de la Protectora No Me Abandones de Jerez.
Esta asociación sin ánimo de lucro nació en 2001 aunque años atrás ya había grupos de voluntarios que "fueron el alma de lo que somos ahora" y que colaboraban con un hombre que tenía cerca de 30 perros recogidos en un campo de su propiedad.
Cuando comenzaron las obras de soterramiento de las vías del tren donde se ubicaba este espacio tuvieron que buscar una nueva sede, instalándose en la que se encuentran actualmente. "El gobierno municipal de entonces se portó muy bien con nosotros. Nos ofrecieron dos terrenos pero acabamos decidiéndonos por este porque estaba vallado y tenía agua", recuerda.
Durante estos 21 años de trabajo, Fátima reconoce que "he visto de todo" y no se refiere precisamente a cosas positivas. El voluntariado en una protectora es realmente difícil, ya que a diario se enfrentan a la triste realidad de decenas de perros que necesitan cariño y un hogar donde ser felices. "Aquí contamos con instalaciones amplias para que corran, jueguen, duerman, les damos su comida, sus pastillas si las necesitan... tienen todo lo que necesitan salvo una familia, que es lo más importante", asevera la directora de la protectora.
Su trabajo es frenético y "no acaba nunca". Desde por la mañana se dedican a limpiar los habitáculos en los que duermen los perros mientras ellos salen a jugar. Luego realizan tareas de alimentación, atención y cuidado y acaban llevándolos a dormir. "Echamos jornadas muy intensas y no hay un solo día de descanso porque ellos no entienden de ferias, navidades o vacaciones", indica.
Precisamente por esto admite que "aunque intentamos que vengan una vez en semana e incluso que hagan medias jornadas, algunos voluntarios no aguantan este ritmo. Adoran los animales pero acaban tirando la toalla".
Su actividad no se limita únicamente a la protectora, ya que también se encargan de sacar a los perros a pasear, de llevarlos al veterinario y de realizar controles periódicos de la situación de los que han sido acogidos para valorar si se encuentran en buen estado y reciben los cuidados adecuados.
"Te parte el alma escucharlos aullar de pena"
La llegada del frío dificulta el cuidado de los perros de mayor edad, ya que las bajas temperaturas y las lluvias afectan negativamente a sus huesos y les hace más proclives a contraer enfermedades. Por este motivo suelen recurrir a casas de acogida para que pasen estas fechas "en un lugar más caliente", siempre dejando claro que "esto no es ninguna solución a su situación y hay que seguir buscándoles una familia".
Algunos de estos "perros senior" han pasado toda su vida en la protectora y no han podido conocer lo que es vivir con una familia. Desde No Me Abandones desean hacer un llamamiento a las casas de adopción o de acogida permanente para que "les den una oportunidad de conocer el calor de un hogar" porque "si se mueren en la protectora va a ser muy doloroso para nosotros y especialmente para ellos".
También es muy doloroso tratar con aquellos animales que han sido abandonados. "Ellos no entienden qué ocurre, solo saben que la que era su familia no está junto a ellos", dice Fátima, quien añade que "se te parte el alma cuando los escuchas aullar y lloriquear, lo pasan fatal y no se lo merecen". Como ejemplo, cuenta el caso de Kira, una podenca de 11 años que había estado junto a una familia desde que era una cachorra y había sido abandonada una vez era vieja. "No me cabe en la cabeza cómo pueden hacer algo así a un ser que ha estado con ellos durante tantos años. Me gustaría que pudieran escuchar sus llantos para ver si se les removía un poco el alma", sentencia.
Afortunadamente, la mayoría de ellos consiguen recuperarse al cabo del tiempo gracias a los mimos y la atención de los voluntarios pero otros son incapaces de superarlo. Así, por ejemplo, recuerda el caso de uno que fue abandonado por su familia y que "se estaba muriendo de pena aquí. Menos mal que nos movimos mucho y rápido y pudimos encontrarle una familia de acogida pronto".
Realmente impactante fue para ellos el caso de Brivón, al que habían golpeado con una barra de hierro provocándole una profunda brecha y que había perdido un ojo. El cobarde de su anterior dueño lo dejó atado en un carril cerca de la protectora para que lo encontraran sin arriesgarse a que le pudieran ver e identificarle.
Los podencos y los galgos son los que suelen sufrir más la violencia de sus antiguos dueños y llegan "aterrados, como bloques de mármol que no se atreven ni a moverse". Aún así, el cariño, el amor y la confianza todo lo pueden y "te llena de felicidad verlos empezar a correr de nuevo y que te coman a lametones".
A este respecto, señala que "intentamos darles mucho cariño, jugar con ellos y tocarles mucho, ya que así no solo establecemos un vínculo con ellos sino que también podemos detectar alguna anomalía que pueda necesitar atención veterinaria".
Una ayuda económica en 20 años
El buen hacer de No Me Abandones le llevó a ser nombrada como mejor protectora de animales a nivel nacional por parte del Ministerio de Bienestar Animal. Además, a nivel estatal recibieron la máxima puntuación junto a otras 7 protectoras en una campaña para la concesión de una subvención a la que se habían presentado más de 1.500 asociaciones.
Sin embargo, pese al buen nombre del que gozan a nivel local y nacional se trata de la primera ayuda económica que reciben en 21 años. "Las administraciones nos ayudan a nivel participativo, pero el dinero sale de nuestros bolsillos, de las cuotas de los socios y de las actividades que organizamos".
Dichas actividades "no paran" y van desde conciertos como el que tendrá lugar este martes en la Sala Paul a cargo de la asociación Green Team y cuyos beneficios irán destinados a Pppeludos y a No Me Abandones hasta exposiciones de pintura. "Tenemos una planificación bastante intensa, de otra forma no podríamos mantenernos", remarca la directora de la protectora.
Su principal fuente de financiación es el calendario que llevan realizando 16 años y que es conocido y reclamado en toda España. Tanto, que en 2021 imprimieron algo más de 3.000 copias y hubo quien se quedó sin una de ellas y en esta ocasión han aumentado el número a casi 3.300 y en apenas dos meses ya solo les quedan unas 50 por vender.
"No son juguetes"
De cara a las fechas navideñas son muchos los que se plantean recurrir a un animal como regalo. Desde No Me Abandones rechazan con insistencia esta dinámica, ya que "no son juguetes, tienen sentimientos y unas necesidades y no sabemos si la persona que va a recibir el regalo está preparada o tiene el interés para atenderles como merecen".
Así, no hacen ni la más mínima concesión y todos tienen que rellenar el cuestionario reglamentario que será estudiado por la junta de adopciones para proceder, posteriormente, a la visita a la familia en la que se valorará definitivamente si son aptos o no para traer un nuevo miembro a su hogar. "Somos muy pesados, no dejamos a cualquiera que se lleve a alguno de los perros", asegura Fátima.
Cada día nos llegan avisos de diez nuevos abandonos.
En los últimos cuatro años han dado en adopción más de 90 perros, un número muy elevado. Parece que las campañas de concienciación por parte de las administraciones, las asociaciones y los medios de comunicación están funcionando para hacer entender a las personas que siempre es mejor adoptar que comprar, si bien reconoce que "hay quienes quieren un perrito de diseño y a quien es así dificilmente se les va a convencer de lo contrario".
Sin embargo, en los últimos tiempos está surgiendo un problema añadido de esta nueva dinámica: el desconocimiento acerca de la castración. En el caso de Andalucía, el anteproyecto de la Ley de Bienestar Animal de 2021 imponía la obligatoriedad de esterilizar a todos los animales de compañía, una medida que fue muy criticada y que incluso se propuso para su eliminación antes de su aprobación definitiva.
La polémica en torno a si era ético castrar sistemáticamente a todos los animales de compañía agitó una ley que pretendía ponerlos en valor y dotarlos de derechos innegables. Uno de los objetivos que se perseguía era acabar con las camadas indeseadas, lo que repercutiría en el menor número de abandonos.
Esto, a ojos de la directora de No Me Abandones, no ha surtido efecto. "Cada día nos llegan avisos de diez nuevos abandonos. Son números altísimos", explica. Como consecuencia de esto, la protectora está "hasta arriba" y no puede hacerse cargo de todos los canes que pueden quedarse en la calle. "Desde hace un par de días sabemos que hay dos cachorros que vagan juntos por La Marquesa y no podemos hacer nada por ellos porque tenemos a otros 15 por delante en la lista de espera. Cada vez que me acuerdo de ellos y de lo que les puede pasar me entran ganas de llorar", explica con voz entrecortada.