La revolucionaria vacuna que podría acabar con la caza cuesta 40 euros

El Partido Animalista (Pacma) informa en un comunicado que las pruebas en España se han desarrollado en un total de 219 animales

Una familia de jabalíes, en una imagen de archivo.
Una familia de jabalíes, en una imagen de archivo. David Vigario

El Partido Animalistas (Pacma) ha advertido en un comunicado que la caza "quizá" fue necesaria antaño, cuando los humanos necesitaban alimentarse y no se podían permitir el lujo de elegir entre la ética y el hambre.

Y recuerda que el pasado 20 de marzo tuvo lugar una manifestación en Madrid liderada por chalecos naranjas que identificaban a los cazadores, para reclamar un supuesto "abandono administrativo" y mostrar su repudio a los colectivos "animalistas totalitaristas". Su premisa favorita y punto de partida: la caza es necesaria, pero un producto que lleva años en fase de prueba ha arrojado resultados muy positivos que podrían poner en jaque esa teórica utilidad.

Movimientos sociales en defensa de los animales y el medioambiente dicen lo contrario: la caza es, en nuestro días, una actividad ociosa que se fundamenta en la persecución y muerte de animales a través de distintos métodos. Se considera un deporte, puede ser un hobby para muchos, pero para las asociaciones animalistas y partidos políticos como Pacma es de todo menos necesaria.

Un proyecto piloto liderado por el investigador Manel López-Bejar de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha determinado que la vacuna anti-GnRH, comercialmente conocida como Gonacon y originalmente desarrollada por el National Wildlife Research Center en Estados Unidos, es efectiva para controlar la fertilidad en jabalíes. También se ha demostrado su validez en animales como cabras, elefantes, bovinos salvajes, caballos, ardillas y venados en testajes efectuados en otros países.

Las pruebas en España se han desarrollado en un total de 219 animales de una población habitante en zonas urbanas e interurbanas acotadas de Terrassa, Matadepera, Vacarisses y Sant Cugat del Vallès.

El procedimiento es sencillo: capturar, sedar, identificar, vacunar y soltar. En un período de tres años efectivos (que se han visto dilatados a causa de la pandemia) los investigadores habrían podido recapturar al 29,2% de los animales tratados determinando que, por el tamaño de los genitales y las glándulas mamarias, la inmunocontracepción había surtido efecto en todas las hembras tratadas en periodo de 4 meses a 3 años según el momento de recaptura, y hasta en doce machos tratados en un periodo de 2 meses a 2 años.

Según Manel López-Bejar, la vacuna es más efectiva en hembras debido a la estabilidad de sus ciclos reproductivos, y los estudios sugieren que su potencial aumenta a medida que disminuye la edad del animal tratado, quedando por determinar en un segundo ciclo que dará comienzo este 2022 si se podría lograr la esterilidad permanente aplicando el tratamiento en edad prepúbere (entre los 3 y los 6 meses de edad).

Controles poblacionales sin muerte

La asesora jurídica del Partido Animalista Pacma, Eva Ramos, y la portavoz de la formación política, Yolanda Morales, tuvieron la oportunidad de intercambiar impresiones en una entrevista con el líder de este proyecto que podría revolucionar los métodos éticos de control poblacional y terminar con la caza tal y como la conocemos.

"Es una noticia más que esperada; los jabalíes sufren auténticas masacres a manos de los cazadores y las administraciones que los culpan de seguir sus instintos. Son una especie asediada que hemos dejado sin hábitat y obligado a buscarse la vida como pueden. Entran en las zonas urbanas en determinadas épocas del año porque no tienen qué comer ni beber; todo está urbanizado, privatizado y acotado", afirma Ramos.

López-Béjar asegura que los métodos de control poblacional con caza y sacrificio de los animales han demostrado no ser efectivos: "los resultados están ahí: todos los años se autorizan batidas de jabalíes y se matan cientos o miles de ellos en unos meses, y al año siguiente estamos igual o casi igual", explica. "Los jabalíes son una especie muy plástica y adaptable al entorno; los ciclos reproductivos se aceleran según la necesidad de repoblación, lo cual nos dice que matarlos y generar ese efecto vacío provoca a su vez un efecto rebote", añade.

Pero este proyecto no ha sido fácil de desarrollar. No todas las administraciones han prestado su apoyo a los investigadores, que afirman que mientras la Diputación de Barcelona ha sido la principal promotora del proceso, la Generalitat de Cataluña, fuertemente cuestionada por su presunta participación el experimento que provocaría la muerte de 32 perros beagles en el laboratorio de Vivotecnia, ha confirmado que no tiene interés alguno en participar de él.

"El lobby de caza es potente, aunque no numeroso. En España no se llega, según datos del 2021, al millón de licencias, y cada año van bajando porque no es una actividad que cuente con un relevo generacional significativo; los cazadores van muriendo por la edad y la caza muere con ellos", explica Morales.

Efectividad en términos económicos

Esta vacuna solo puede ser comprada y aplicada por administraciones que tengan competencias directas con la gestión medioambiental de su comunidad, por lo que aún no será comercializable a pequeña escala. Según López-Béjar, "su aplicación conlleva un protocolo que debe ser gestionado por un profesional". Cada vacuna tiene un precio aproximado de 40 euros y, según la edad con la que se trate al animal, habría que valorar la necesidad o no de revacunación y la periodicidad de esta.

Sin embargo, las complicadas condiciones de vida de los jabalíes en el medio urbano e interurbano merman notablemente su esperanza de vida, por lo que la ruptura del primer periodo reproductivo (es decir, con la primera vacunación) sería un importante frenazo para su multiplicación.

El investigador afirma que la vacuna produce un efecto de relajación en la actitud agresiva del jabalí en celo, reduciendo también su radio de movilidad. "El coste del proyecto a medio y largo plazo es potencialmente más interesante para las administraciones, ya que asegura resultados y propone gastar menos cada vez. Sin embargo, tal y como se hace ahora, habría que calcular cuánto gasta cada administración y con qué periodicidad para realizar controles con cazadores, a los que tienen que llamar al año siguiente para que hagan el mismo trabajo, la recogida de los cadáveres y su gestión, la reparación de los destrozos en zonas urbanas...", explica López-Béjar.

Este procedimiento solo necesitaría el precio de la vacuna y la mano de obra para su aplicación, un coordinador de proyecto y un operario para la instalación y control de las trampas.

¿Qué se necesita para implementar la vacunación inmunocontraceptiva?

La respuesta del investigador líder del proyecto es contundente: voluntad administrativa y cooperación. Las administraciones tienen que colaborar activamente para que el desarrollo del proyecto sea óptimo y, en pocos años, tengamos las poblaciones de animales "cazables" controladas.

"Cuando un parque natural en el que se desea intervenir con la vacuna linda con varios municipios, de nada sirve tener la colaboración de uno solo; debe ser un trabajo en equipo", explica López-Béjar.

Desde Pacma esperan un positivo "cambio de aires" desde las administraciones ante la existencia de un producto con eficacia demostrada que posibilitaría controles poblacionales sin dar muerte a los animales. "Por nuestra parte, proporcionaremos todo el apoyo y difusión posibles a este proyecto y lo acercaremos a todos los gobiernos que alcancemos", concluyen.

 

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