A partir de ahí, la situación, según relata Rocío, va a peor: "Recuerdo un tirón de pelos, me coge del pelo y me da para abajo pero no sé de dónde viene el por qué de eso. Yo siento por un lado que me quiero ir a mi casa, lo cual no voy a hacer, y por otro estaba que no me podía mover, pero digo me levanto y lo reviento. Pero no hice ninguna de las dos cosas. No tengo claro cómo pasó, pero pasó y fue a mayores", cuenta Rocío Carrasco en el documental Rocío, contar la verdad para seguir viva, emitido en Telecinco.
Carrasco relata detalles de su relación con Antonio David Flores, en la que describe agresiones verbales y físicas de todo tipo por parte de su exmarido. En plena rehabilitación, tras un accidente de tráfico Flores le decía, según relata: "inútil, no sirves para nada, estás gorda, eres tonta...". "Y ya no es la palabra, es la forma. Él tenía una cara de puertas para adentro, prepotente, de [que] todo lo sabía y tú no sabes nada, y luego estaba la otra parte, cuando había cámaras, que era todo maravilloso, besos, qué guapa, delante de la gente".
"Hay muchos episodios de mi vida de esa época que no sé si por defensa personal o qué, los tengo olvidados. Lo achaco a lo mejor a que el daño que se me estaba ocasionando a mí, lo daba por bueno, lo justificaba, lo dejaba pasar", relata Rocío en el documental. Y pone un ejemplo: "Yo estaba sentada en un sofá, y él me agarra el pelo, y me pega un tirón de pelos y me da con la cabeza en la mesa; subió, echándome a mí la culpa de todo lo que le ocurría en ese momento. Que si él no estuviera conmigo... Que no le merecía la pena... Que era todo por mi culpa".
"Ese mismo día me dijo que me fuera con mi madre (Rocío Jurado) y que era una hija de puta", cuenta Rocío. "Después de eso llega un llanto, y llega un perdóname, y llega un estoy nervioso, y llega un hay que ver todo lo que me está pasando, me están crucificando por algo que no he hecho... Llegan muchas cosas que, una vez más, yo justifico y disculpo. Entonces lo veía normal; lo veo ahora y pienso que qué poco sabía yo en aquel entonces que iba a ser mi verdugo", señala.
Rocío Carrasco llega a contar que incluso intentó quitarse la vida en verano de 2019. La propia protagonista relata en el documental que por aquel entonces no se encontraba bien, porque le contaron que su hija iba a ir a un plató de televisión a defender a su padre. Desde 2011 se encuentra en tratamiento por un síndrome ansioso depresivo. "No quería salir de mi casa, no podía desarrollar mi vida como una persona normal, de repente me llegó esa noticia y por mi cabeza empezaron a pasar todos los 20 años anteriores y todo lo que se me venía encima otra vez pero ya con un elemento mayor que era mi hija en un plató defendiendo a su padre", dice.
"Yo no quería volver a sentir miedo y vergüenza ni volver a sentirme cuestionada por todo el mundo otra vez, no quería seguir viviendo en esas circunstancias”, explica Carrasco. "Ese día determino que no puedo, que ya había hecho lo posible porque todo eso cesase y había puesto en conocimiento de la justicia una actitud y actuaciones que consideraba maltrato. La única manera de que todo se terminara era quitándome del medio. Me tomé varias pastillas diferentes y me quedé dormida".
“Cuando me ingresaron en un hospital especializado, tomé conciencia de la barbaridad que había hecho. Fue una soberana putada para los míos pero en ese momento no piensas en nada ni en nadie. Lo único en lo que piensas es que no quieres volver a pasar por lo mismo y que no quieres volver a ver el odio en tu hija. Es una acción egoísta y de la que me arrepiento, pero es la puta realidad", reseña.