Sanlúcar de Barrameda está de enhorabuena. Desde hace varios años, el municipio de la costa noroeste gaditana se ha preparado para acoger el quinto centenario de la expedición que dio la vuelta al mundo y que se inició desde esta localidad del Bajo Guadalquivir. Desde Sanlúcar, donde ya había partido el tercer viaje colombino y se remató el cuarto, una expedición capitaneada por Hernando de Magallanes, preveía encontrar el camino y una ruta de las especias alternativa hacia Oriente. Un objetivo que dio como resultado la circunnavegación de la Tierra, que completó su compañero Juan Sebastián Elcano, al fallecer el capitán Magallanes en 1521 en la batalla de Mactán, en Filipinas.
“¿Por qué desde Sanlúcar?”, se pregunta Manuel Parodi, investigador, doctor en Historia y responsable de la Oficina de la Conmemoración del V Centenario de la Vuelta al Mundo. “Porque es en esta localidad donde tiene el vértice el cosmódromo de la Modernidad”. Así define este historiador, arqueólogo, divulgador y gestor patrimonial y cultural el entorno del Golfo de Cádiz, desde donde salen las grandes expediciones oceánicas. “La Corona de Castilla tenía dos grandes puertos en el siglo XV: Santander, en el norte, y Sevilla, en el sur”, explica el investigador. “Desde 1503 se sitúa en Sevilla la Casa de Contratación y las Reales Aterazanas; aquello no se entiende sin el río Guadalquivir, el verdadero ámbito portuario del sur de la península”.
Un Occidente en expansión, al comienzo de la Edad Moderna, en el que el Bajo Guadalquivir, que forma un eje entre la costa de las actuales provincias de Huelva y Cádiz, tiene una relevante importancia. “Es un mundo pujante, de economía del mar, de pesca, de comercio, de aventuras, expediciones, guerras, construcción naval, tecnología, migraciones y de cosmopolitismo y mezcla de sangre”, cuenta Parodi sobre una zona que entre Europa y África, y entre Oriente y América, que se convirtió en un punto de encuentro mundial.
“Sanlúcar es la ciudad desde donde zarparon expediciones que fundaron luego ciudades como Buenos Aires, Asunción o Montevídeo”, explica el historiador, que cree que la ciudad tiene una situación privilegiada en el ámbito geoestratégico. Por eso fue el lugar elegido por Hernando de Magallanes para iniciar un nuevo intento de encontrar una vía para navegar hacia Asia desde Occidente, una idea similar a la que rondó Cristóbal Colón casi tres décadas antes y que no consiguió abrir esta ansiada ruta comercial, hasta entonces sólo posible por el Mar Rojo y bordeando el sur de África, un hito que ya habían conseguido los portugueses. “Tras el Tratado de Tordesillas de 1494, Portugal y España se reparten el mundo porque son las principales potencias en el Atlántico”, comenta Parodi, sobre un horizonte que iba a ir más allá del ámbito americano.
Dese el castillo de Santiago, construido entre 1477 y 1478 por la Casa de Medina Sidonia, Manuel Parodi señala todo el entorno de Bajo Guía, en la desembocadura del Guadalquivir, un paisaje que evidencia la relevancia de este antiguo puerto atlántico, desde donde se divisa una gran parte del Golfo de Cádiz. "Sanlúcar fue un lugar donde confluyeron y coincidieron numerosas personalidades y acontecimientos históricos". Uno de los objetivos principales de esta empresa fue romper el monopolio que el Reino de Portugal tenía con las Indias, fundamentalmente a partir de la Batalla de Diu, en la que los portugueses vencen en la batalla de Diu, junto al Sultanato de Goa, a los otomanos y los mamelucos egipcios.
“Es entonces cuando se trastoca el mapa”, reconoce Parodi. El proyecto de Magallanes, rechazado por la Corona Portuguesa y aceptado por un todavía joven Carlos I de España, iba a hacer cambias las tornas. El descubrimiento del Estrecho de Magallanes en este viaje, y su finalización a cargo de Juan Sebastián Elcano, permitió a la Corona Española abrirse un camino que cambiaría el curso de la historia, influenciando notablemente en la configuración del Imperio Español a lo largo del siglo.
“La circunnavegación de la Tierra hizo que el monopolio portugués saltara por los aires”, explica Parodi. Un poder “efímero” en el que seguramente influyó el conocimiento de Magallanes sobre las rutas al Océano Índico y más allá que poseían los portugueses, algo no aclarado por el momento. “¿Cómo tenían ese conocimiento?”, se pregunta Parodi que cree firmemente que la ciencia histórica no posee mucho conocimiento perdido de la Antigüedad. “Es imposible que se haya conservado todo lo que había, ni siquiera el conocimiento de sus conocimientos... ¡no sabemos lo que sabían!, espeta.
Manuel Parodi explicando la Circunnavegación de la Tierra en el Castillo de Santiago. FOTO: MANU GARCÍA.
El historiador, nacido en Puerto Real y residente en Sanlúcar durante gran parte de su vida, ha dirigido y participado en numerosos proyectos sobre la Circunnavegación de Magallanes-Elcano, como la coordinación años atrás del I Congreso Internacional sobre la I Vuelta al Mundo o la revista In Medio Orbe. Entre sus investigaciones, toma referencia las relativas a Antonio Pigafetta, un explorador y cronista que también acompañó a Magallanes y Elcano, hasta el final, siendo uno de los 18 sobrevivientes de los 265 con los que contaba la tripulación tres años antes de su llegada definitiva. La figura de este noble y marino italiano le recuerda en cierta manera a él como historiador. “Le tengo un especial cariño”, comenta en el encuentro con lavozdelsur.es
Tras la llegada de la nao Victoria en septiembre de 1522, Juan Sebastián Elcano escribió a Carlos I, que se convertiría en el emperador Carlos V, confirmando el éxito de una empresa que se inició y finalizó en Sanlúcar de Barrameda: “Hemos descubierto e redondeado toda la redondeza del mundo”. Un acontecimiento histórico que condicionó la Modernidad y que, 500 años más tarde, la ciudad andaluza conmemora como merece la hazaña.