Los sentimientos de un policía de prácticas en Chipiona: "Lloré como un niño"

José Picón comparte su alegría tras recibir una llamada de la jefatura de esta localidad en la que le comunicaron su incorporación a la plantilla

Un policía en prácticas expresa su alegría al entrar en el Cuerpo de Chipiona.
Un policía en prácticas expresa su alegría al entrar en el Cuerpo de Chipiona.

Alcanzar los sueños siempre es motivo de alegría. Esa felicidad que invade a las personas cuando consiguen aquello que se han propuesto y por lo que han luchado no tiene palabras. El agente José Picón si las tiene. El joven en prácticas ha querido compartir su historia en las redes sociales del Cuerpo de la Policía Local de Chipiona al que ha entrado recientemente.

Según explica, su historia se parece a la película En busca de la felicidad, sobre todo al final. "¿Recordáis ese momento en que lo llaman al despacho?, El camina hacia el pensando en que lo van a despedir, pero le dicen que ha logrado su puesto de trabajo y que vuelva mañana, él no puede contener las lágrimas y sale del despacho, con paso rápido camina hacia la calle y es ahí, en ese maravilloso momento me encuentro, es donde el personaje levanta las manos al cielo, en su máxima expresión de felicidad, con ojos llorosos . Él narra a continuación que ese momento es la parte de su vida que se llama felicidad, seguidamente corre por su hijo para abrazarlo", recuerda.

José ha experiementado esa sensación y está convencido de que todo esfuerzo tiene su recompensa. "Eso es lo que ocurre cuando persigues tus sueños. Yo estaba un día en casa de mis padres, después de unos días muy duros y de pronto, me sonó el teléfono y ví un número extraño, acepté la llamada y pregunté: -¿Quién es?, para mi gran sorpresa, era el Jefe del Cuerpo de Policía Local de Chipiona y tras una breve presentación, me dijo "Enhorabuena lo has conseguido, nos alegramos de que vengas con nosotros", relata el agente que no puso contener las lágrimas. Después, agradeció con voz temblorosa al superior.

Según su testimonio, el joven no podía explicar con palabras lo que sentía y cuando colgó, "alcé los brazos y lloré como un niño de alegría". Para él, ha sido uno de los momentos "más hermosos" de su vida y asegura estar encantado con la acogida, el buen ambiente y el trato que ha recibido desde que entró. "Solo tengo ganas de desempañar esta maravillosa profesión de la mejor manera posible. Así que, quiero que sepáis que esta parte de mi vida se llama felicidad", concluye.

Sobre el autor:

Patricia Merello Guzmán

P. Merello

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