Tiene 96 años, vive en Georgia, se llama Vera Putina y ha sorprendido a medio mundo con unas declaraciones en las que asegura ser la madre de Vladimir Putin, uno de los hombres más odiados del planeta tras decidir invadir Ucrania hace más de un mes.
Según ha contado, su segundo esposo la obligó a deshacerse del presidente ruso. Fue entonces cuando Vera llevó a Putin con sus abuelos maternos. "Lo dejé allí con mi madre. Fue al colegio en Georgia hasta el tercer grado. En Rusia repitió un par de cursos", ha confesado.
Sin noticias sobre su supuesto hijo, la anciana ha declarado que lo reconoció, tras verlo en televisión, por "su forma de andar como un pato".
"Por supuesto, a pesar de todo, soy su madre", ha declarado tras añadir que ha recibido numerosas presiones para que su historia no salga a la luz pública.