La Despensa de Palacio es la firma estepeña que ha impulsado Chocomundo, un museo temático sobre el chocolate, su historia y su evolución con el paso de los siglos. Es una propuesta perfecta para estos días de puente en la que, además de conocer este espacio, se puede disfrutar de una localidad de gran riqueza artística y monumental junto a una no menos ancestral tradición repostera navideña.
Chocomundo, como explican sus promotores en su web, es un proyecto de más de 30 años que implicó dos años en la construcción, “del mayor museo del chocolate en España con la mayor colección de objetos y siendo considerado como uno de los mejores del mundo, junto al de Colonia (Alemania)”.
Este impresionante y cuidado espacio temático se ubica en un edificio de finales del siglo XIX, situado en la calle Alfajor 10, que curiosamente preside la diosa del cacao. Se divide en varias estancias que suman un total de 1.300 metros cuadrados, todos dedicados al chocolate desde sus orígenes hasta la actualidad.
Amargo y parecido a "cagarrutas de carnero"
Todos sabemos que el chocolate lo trajeron a España los colonizadores del nuevo mundo. Hasta aquí lo más básico, pero su historia es verdaderamente intensa y extensa, tanto que tuvieron que unirse dioses y hombres para crearlo. “Quetzalcoalt, según la mitología azteca, hizo brotar el árbol del cacao, en el lugar donde su madre derramó su sangre al ser asesinada por sus enemigos, y se lo regaló a los hombres”.
Así comienza el intenso relato de un producto del que en un principio sólo se chupaba la carne blanca que rodea las habas de cacao. También la fermentaban para obtener una bebida alcohólica o prensaban los granos para obtener la manteca de cacao, que usaban como ungüento o combustible.
Los españoles y el cacao tuvieron su feliz encuentro en 1502, durante el cuarto viaje de Colón, en la isla de Guanaja, situado en las costas de la actual Honduras. El hermano del almirante ve llegar una piragua con 25 remeros cargada de habas de cacao y nota que eran muy apreciadas por los indios, pues cuando cayeron algunas de ellas al agua “todos intentaban recogerlas como si hubiesen perdido un ojo”.
“Cagarrutas de carnero”, fue el símil que le dieron a estas semillas pese a lo cual y su sabor amargo, en 1520 llegó a la corte de España y tras endulzarlo, el chocolate empieza a crecer en fama en España y en todo el mundo conocido.
1.300 metros cuadrados y ocho salas
Los espacios de Chocomundo se organizan por salas: de proyección, precolombina, de espectáculos, de ingredientes, utensilios, moldes, artes gráficas y publicidad. No cabe duda que este recorrido deja en los visitantes la información necesaria para conocer en profundidad a este producto tan común en nuestros días y de las exquisiteces más demandadas en todo el orbe. Y por si los jugos gástricos, tras la visita, demandan chocolate de forma urgente, hay una tienda en la que adquirir numerosas variantes y formas de chocolate.
Los que quieran conocerlo tendrán que reservar al teléfono 955 914 525 o reservar en su página web.