Son casi un centenar las empleadas —sobre todo, mujeres— que trabajan como teleoperadoras de una empresa de Jerez, captando socios para distintas ONG, que se encuentran en situación de precariedad. Desde el pasado mes de septiembre, no cobran con regularidad, lo que está quebrando sus economías familiares.
"Es muy paradójico, porque buscamos socios para ayudar a personas que no tienen para comer y yo también tengo dificultades para dar de comer a mis hijos", comenta Noelia Barbery, presidenta del comité de empresa de Sherrytel Soluciones SLU, que integran los sindicatos CGT y UGT, que este lunes han secundado una protesta.
Fue hace nueve meses cuando las trabajadoras de la empresa jerezana, que también tiene delegaciones en Madrid y en dos ciudades de Colombia, empezó a pagar el 69% del salario a principios de mes y el 31% restante en torno al día 20, pero los meses siguientes las incidencias en el pago fueron a más. Dependiendo de las horas que tengan de contrato, cuentan con unos sueldos que oscilan entre los 800 y los 1.000 euros —"con mucha suerte"—.
Sherrytel, que tiene su sede en el edificio Citea del Parque Tecnológico Agroindustrial (PTA) de Jerez, nació en 2010, expandiéndose posteriormente a la capital madrileña y al país sudamericano. Actualmente, según su propia web, cuenta con más de 200 trabajadores, casi la mitad de ellos en el municipio jerezano.
"Algunos departamentos sufren impagos de mensualidades completas y otros están recibiendo abonos de una ínfima parte de la nómina a principios de mes y con la incertidumbre de no saber cuándo percibirán el resto", describe Barbery.
La situación, en muchos casos, es insostenible. Las empleadas de baja laboral prolongada llevan dos meses sin percibir su nómina. De hecho, el comité de empresa dice que la compañía "culpa" al personal que se encuentra de baja médica de la situación en la que se encuentra, "recayendo la responsabilidad de la producción total en la plantilla que se encuentra activa, siendo insuficiente para cubrir la producción exigida".
Esta situación está provocando que parte de la plantilla sufra "un alto nivel de estrés", debido a la "presión constante, provocando episodios de ansiedad y depresión". El comité, conformado por CGT y UGT, asegura que intenta contactar con la dirección y rehuye las reuniones, sin dar "explicaciones".
"Supuestamente, la compañía desde junio del año pasado tiene pérdidas, y lo estamos pagando nosotras", se queja la presidenta del comité, Noelia Barbery, quien asegura que "se está vendiendo, porque lo vemos día a día". En la empresa, "nadie sabe nada", comenta, añadiendo que la dirección general está desaparecida desde principios de mayo, y los cargos con los que tienen relación "no quieren dar la cara".
De la nómina de mayo se han desquitado a las trabajadoras "los días que han estado enfermas, no los han cobrado", señala Barbery. "Exigimos las nóminas para calcular qué tanto por ciento están descontando y tampoco nos las facilitan, dicen que está estropeado el programa", agrega.
Mientras, la plantilla prevé seguir con las movilizaciones, para hacer reaccionar a Sherrytel, que de momento no les da ninguna solución. Ni una explicación. El teléfono habilitado por la empresa, contactada por lavozdelsur.es, no lo contesta nadie.