EEUU adjudicará en los próximos meses el mantenimiento de las instalaciones y los servicios aeroportuarios de la Base Aérea de Morón a la empresa KBR (Kellogs, Brown and Root Services Inc), que sustituirá a la actual, Vectrus, que lleva la gestión de estos servicios desde 2015. KBR formaba parte de la sociedad Vinnell-Brown & Root Spain (VBR), adjudicataria de este contrato entre 2010 y 2015. En esta última década el número de trabajadores españoles ha pasado de superar los 600 a llegar, por poco, a los 350.
La plantilla, con la entrada de la nueva concesionaria, teme nuevos despidos. De momento no hay certezas, pero sí mucho temor. “Hay que ser prudentes, porque todavía no ha entrado la nueva empresa, pero la historia reciente de la Base nos hace estar preocupados cada vez que hay un cambio”, expresan fuentes de la plantilla. De hecho, VBR —antecesora de KBR— ejecutó varios Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) que terminaron con 240 empleados españoles en el paro, un periodo durante el que aumentó la presencia militar estadounidense.
“La empresa que entre nos tendrá que subrogar a todos”, comenta un empleado de mantenimiento de la Base de Morón contactado por lavozdelsur.es, "pero una vez empiece a funcionar ya tiene potestad para aplicar la reforma laboral. Cada vez que ha habido despidos han sido ajustados a derecho, pagando 20 días por año trabajado”, señala. “Tememos por nuestro futuro”, agregan fuentes de la plantilla, por eso han empezado a reunirse con formaciones políticas para que “no haya despidos” y para que en el próximo tratado bilateral entre EEUU y España se recoja el compromiso de mantener los empleos en la Base de Morón.
El 21 de mayo de 2021, tras ocho años de vigencia, expira el convenio de defensa con Washington que regula la presencia de las tropas de EEUU en las Bases de Rota y Morón, que fue prorrogado un año más para que a la Administración del presidente electo Joe Biden le dé tiempo a abordar el asunto. Entre otros, también estarán encima de la mesa los aranceles impuestos por el Gobierno de Trump a productos españoles como el vino, el aceite o las aceitunas.
KBR prestará, cuando reemplace a Vectrus, servicios en materia de apoyo logístico, ingeniería civil, servicios de ambulancia, salud, higiene industrial o servicios postales durante, al menos, cinco años, aunque el acuerdo se puede prolongar hasta ocho. El relevo, como temen desde Adelante Sevilla o el PSOE, formaciones que se han reunido recientemente con representantes de la plantilla, puede suponer nuevos despidos.
“Nos preocupa que desde 2010, cuando la base de Morón contaba con más de 600 trabajadoras y trabajadores españoles, se haya producido una política de despidos masivos, quedando la contratación de personal civil local a niveles mínimos históricos, concretamente se ha reducido en estos momentos a 350 personas”, expresa el diputado de Adelante, Ismael Sánchez, que llevará el asunto al Parlamento andaluz.
“Se presenta un escenario de incertidumbre para los trabajadores de esta Base porque la empresa ha realizado una oferta muy a la baja, de alrededor de 1.000 millones de dólares para los próximos ocho años, y todo parece indicar que su actuación será continuista de la política de despidos de trabajadores iniciada por la empresa anterior”, agrega Sánchez. “La tramitación del convenio de cooperación entre EEUU y España no puede ser un mero trámite donde ellos imponen y España acepta. Es urgente abrir una mesa de diálogo donde estén los representantes de la plantilla y se garanticen las condiciones de las y los trabajadores”, apunta.
La secretaria general del PSOE de Sevilla, Verónica Pérez, y el vicesecretario general del partido, Javier Fernández, tras reunirse con el comité de empresa, mostró su “apoyo” a la plantilla en busca de “la estabilidad y el empleo digno”. “Desde el PSOE de Sevilla siempre estaremos del lado del empleo estable y de calidad y en la defensa de unas condiciones dignas para los trabajadores de la base de Morón”, apuntaban.
“Queremos que los partidos estén vigilantes, porque no sabemos las intenciones de la nueva empresa”, sostienen las fuentes de la plantilla consultadas. “El calvario para los trabajadores comenzó con la adjudicación de los servicios de mantenimiento de la base a la contrata de los Estados Unidos Vinnell Brown & Root (VBR) en 2010, cuando realizaron el primer ERE con el resultado de 119 trabajadores despedidos”, aseguran sindicatos como USO, muy críticos con la política de despidos.
En 2013 se ejecutó otro ERE que afectó a 66 empleados, alegándose “causas organizativas”, a la vez que aumentaban en 500 militares el contingente norteamericano. De esos 66, se volvió a contratar a 60 con contratos temporales precarios, “creando precariedad laboral en lo que es la región Europea con un mayor número de desempleo”. Un año después, se produjeron otros 78 despidos.