La pirotecnia ha acabado con la vida de Thor, un braco que sufrió un calvario durante la noche del 31 de diciembre en Conil. El animal escuchó el ruido ensordecedor de los petardos y, con un ataque de ansiedad, huyó desorientado de su hogar.
Según ha compartido Antonio, un vecino de este municipio costero, el perro vagó por la calle hasta llegar a los acantilados de la costa. Este jueves 2 de enero, su cadáver ha sido encontrado entre las rocas de la playa del Puntalejo por lo que todo apunta a que se cayó por el barranco.
"La llegada de las fiestas navideñas, con sus luces, abrazos y celebraciones, puede ser un momento mágico, pero no puedo ignorar una verdad dolorosa: el ruido ensordecedor de la pirotecnia se convierte en un verdadero calvario para muchos seres vivos", expresa el vecino, que denuncia que "esto no puede seguir así".
Recuerda que este sufrimiento lo comparten miles de animales, niños con sensibilidad sensorial, ancianos que padecen trastornos de salud o personas con problemas de ansiedad.
"¿Cuántas vidas más debemos perder para entender que nuestra diversión no puede convertirse en el sufrimiento de otros?", se pregunta. Además, la familia de Thor ha difundido algunas imágenes para concienciar a la población. "Que mal trago estamos pasando", añade.
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