Instituciones Penitenciarias ha incoado una investigación para esclarecer un incidente acontecido en la prisión de Sevilla II, localizada en Morón de la Frontera, después de que algunos internos actuasen contra la integridad física de otro reo que hubo de ser evacuado a un hospital, según la entidad, toda vez que el sindicato de funcionarios de prisiones Tu Abandono Me Puede Matar asegura que el afectado fue víctima de una "violación".
Fuentes de Instituciones Penitenciarias han indicado a Europa Press que los hechos acontecieron el pasado viernes en la citada cárcel, aludiendo a un "incidente" protagonizado por algunos presos contra la integridad física de otro interno primero atendido por los médicos del centro penitenciario, si bien después fue trasladado a un centro hospitalario, para ser reincorporado a esta cárcel una vez tratado.
Ante ello, las autoridades penitenciarias han abierto una investigación para esclarecer los hechos y los reos involucrados en los mismos, merced a los protocolos articulados para este tipo de casos, y así elevar el asunto a la autoridad judicial.
Según "el testimonio de la propia víctima ante el funcionario del departamento", este interno habría sido "prendido por la fuerza" por otros tres reclusos en los aseos de la sala de día, siendo "introducido en el último WC de los aseos, el más alejado de la entrada", donde según el sindicato habría sido víctima de una "violación" con objeto de arrebatarle el hachís que estos reclusos sospechaban que almacenaba en su organismo tras una comunicación con su familia el día previo.
Allí, le bajaron los pantalones y la ropa interior y le introdujeron por la fuerza un bote de gel por el ano, para supuestamente, a modo de lavativa, conseguir sacarle el hachís que llevaba en su interior. El día anterior, el preso había tenido una comunicación con su familia y los agresores sospechaban que llevaba droga oculta, tal y como ha podido saber El diario de Sevilla.
Según informa el mismo medio, Otro interno que en ese instante entró en los aseos se percató de la situación al oír ruido en el último baño. Pensando que se estaba vendiendo hachís, abrió la puerta y pudo ver a la víctima con los calzoncillos bajados, la cara pálida y atemorizado, según indica la nota de TAMPM. El suelo estaba lleno de gel de un bote que estaba tirado al lado. Este testigo vio a los otros tres supuestos agresores repartirse unos trozos de hachís.
A tal efecto, el colectivo señala una vez más "la escasez de medios tanto personales como materiales con los que cuentan los funcionarios para luchar contra la entrada de drogas en las prisiones tanto en las comunicaciones familiares como al regreso de permisos".
Pese a los ímprobos esfuerzos de los funcionarios para luchar contra este problema que genera la mayoría de los conflictos diarios, la administración penitenciaria parece preferir mirar para otro lado, llegando a darse casos como éste o los sucedidos últimamente en el CIS de Sevilla, donde varios internos que han dado positivo en analíticas de drogas (las pocas que se hacen) reciben sanciones leves y poco ejemplarizantes para el resto de la población reclusa que ve cómo si consumen no les ocurre prácticamente nada y más tratándose de un centro destinado a internos, la mayoría clasificados en tercer grado y que se supone que quienes están terminando de cumplir la condena en semi-libertad, deben de ser ejemplo de reinserción y cumplir las normas de comportamiento y de no consumo de drogas", asegura el sindicato.
El sindicato señala además "agresiones diarias" a los funcionarios en las cárceles, avisando de que los mismos siguen sin ser reconocidos como agentes de la autoridad ni recibir "las indemnizaciones" derivadas de los incidentes que sufren a manos de "agresores insolventes".
Así, el sindicato de funcionarios acusa al ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska, de "incumplir todo lo que prometió" al asumir el cargo.
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