A falta del alegato final que Daniel Sancho realizará durante la sesión de este jueves, el juicio contra el cocinero español por el crimen del cirujano colombiano Edwin Arrieta está ya casi listo para sentencia. Únicamente faltaría la declaración de un último testigo, un cocinero de cuya nacionalidad no se ha desvelado nada pero que ofrecerá al juez una exposición del uso culinario del serrucho.
En la penúltima jornada del juicio que se está llevando a cabo en Koh Samui (Tailandia), Sancho fue interrogado durante varias horas por el fiscal. La sesión fue intensa y duró casi diez horas, quedando Sancho en varias ocasiones contra las cuerdas. En el interrogatorio también participó la coacusación que representa a la familia de Arrieta.
El acusado trató de jugar sus últimas bazas en su defensa. "Edwin quería tener sexo conmigo y le dije que no. Se abalanzó sobre mí, quería tener relaciones sexuales conmigo. Le empujé y se cayó", es lo que argumentaba Sancho sobre la muerte del cirujano, que posteriormente fue descuartizado por el propio chef.
El joven de 29 años se reafirmó en su declaración que no planeó matar al cirujano Edwin Arrieta, que es no culpable, y que la muerte fue a raíz de una pelea. Manuel Carrillo, médico forense, ratificó un informe realizado sobre la muerte de la víctima, y el psicólogo forense Pedro Mateo también prestó su declaración en un juicio que va a acabar este jueves, un día antes de lo previsto inicialmente.