José Ramón Aragón, el controlador de la ORA de 53 años de edad que fue agredido por un usuario de la zona azul de Jerez el pasado junio, denuncia que la concesionaria Setex Aparki —subcontrata del Ayuntamiento de Jerez— le ha despedido de manera improcedente, "por ser incómodo para la empresa".
"Llevo de baja desde el mes de septiembre, por depresión tras la agresión que sufrí. Y hace cuestión de una semana, me vino una carta donde me decían que estaba despedido. Este miércoles 28 de noviembre, a las 13:00 horas, me despiden en la oficina", manifiesta José Ramón a lavozdelsur.es.
El jerezano, que lleva 23 años trabajando para el servicio de la ORA, asegura que sufre una persecución desde hace al menos cuatro años, justo cuando llegó la nueva empresa, Setex Aparki. Hace meses, José Ramón explicó a este medio que, desde que esta empresa se hiciera con la concesión, ha habido cambios en la manera de trabajar que ha perjudicado a los trabajadores.
Los coches que van con las cámaras, que son de la ORA, no valen para nada. Eso es para asustar al ciudadano, para que pongan el ticket
Por ello, hace cuestión de un año, quisieron hacer una sección sindical de la Coordinadora de Trabajadores de Andalucía (CTA) dentro de la empresa, para exigir el cumplimiento del pliego de condiciones de la empresa, "ya que no se cubren las bajas, los aparatos que llevamos están obsoletos, las máquinas no están a la distancia adecuada, las cámaras de la unidad móvil son simples adornos...". "Los coches que van con las cámaras, que son de la ORA, no valen para nada. Eso es para asustar al ciudadano, para que pongan el ticket, pero las cámaras no tienen una función especifica", destaca.
No obstante, la subcontrata se opuso a la formación de esta sección sindical. Hasta que finalmente entró tres años después, en julio de 2017. Y de la cual, hoy José Ramón Aragón es el delegado sindical. Desde entonces, CTA sigue denunciando el incumplimiento del pliego, siendo el Ayuntamiento de Jerez el garante de que este se lleve a cabo.
El controlador agredido, durante su entrevista con lavozdelsur.es. FOTO: MANU GARCÍA"El pliego dice que debe haber un controlador para cada 200 plazas de aparcamiento, y eso no se cumple", afirma, ya que de las casi 3.800 plazas que hay a día de hoy en el municipio, tan solo hay unos 20 trabajadores de la ORA. "Y hay algunos que hacen funciones de inspección y de oficina. Nunca están los controladores del servicio en sí", detalla el jerezano.
José Ramón lleva tomando antidepresivos desde hace dos años, a cuenta de la persecución que sufre por parte de la empresa y tras la agresión que sufrió el pasado junio —donde un conductor se bajara de su vehículo para irse contra él, cogerle del pecho y zarandearlo, hasta el punto de romperle la parte de arriba de su uniforme y empezar golpearle en el rostro—. Tras estar de baja desde hace tan solo tres meses, la empresa le ha enviado su carta de despido.¿Los motivos? "Porque me han visto en redes sociales haciendo un curso — yo soy árbitro de kárate— y dicen que cogí la baja para hacer el curso, pero esto es incierto. Dicen que también que me metí con el delegado del personal y que me han visto haciendo campaña por el Partido Comunista del Pueblo Andaluz (PCPA), en el que estoy en la lista para las próximas elecciones andaluzas. Pero es falso, yo no he hecho ningún acto de campaña", asegura.Cómo se atreven a despedirme, estando de baja por una depresión provocada por ellosEl controlador de la ORA informa a lavozdelsur.es que desde el sindicato están preparando una vía jurídica para ponerle una denuncia por lo penal a la subcontrata, y una defensa penal, ante el despido. Además de sendas protestas. "Cómo se atreven a despedirme, estando de baja por una depresión provocada por ellos", se pregunta José Ramón, quien se ha sentido totalmente desamparado por parte del Consistorio jerezano."Siempre me he sentido desprotegido por parte de la empresa, que es una subcontrata, y el garante de los cumplimientos es el Ayuntamiento, y este no está pendiente", critica. El jerezano subraya que cree que ha sido despedido por ser "una persona incómoda en la empresa, porque no entro en los planes de servilismo".